Domingo XXX del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del día 23 de octubre de 2010.



Cargado por pastoraldelsordo

Resumen de la homilía:

Sólo Dios es Santo, Sabio y Misericordioso.
Todos nosotros somos débiles y pecadores.
Vamos a Dios a pedirle perdón y ayuda para vivir cada día.
Nunca podemos presumir ante Dios de nuestras obras y despreciar a los demás.
El fariseo presume ante Dios de sus obras y desprecia al pobre publicano, es soberbio.
El único Juez es Dios, que nos ama y nos acoge en  su misericordia.
El publicano, es humilde, y le pide a Dios: “Ten compasión de este pecador.”
El no puede presumir de nada, pero si recibir  de Dios su perdón y su misericordia.
Su oración es sincera, y le lleva por el camino de la salvación.
La humildad es una virtud muy importante, y la base de todas las virtudes.
Reconocer que no somos nada ante Dios, que en todo dependemos de su ayuda.
“Dios se acerca a la persona humilde y mira de lejos al soberbio.” (Salmo 137)
Nuestra oración debe ser de adoración, aceptar que Dios es nuestro Creador y Dueño.
______________________________


Estas son las lecturas del sábado 23 de octubre de 2010.


 
 
PRIMERA LECTURA
 
Lectura del libro del Eclesiástico.    (35, 12-14. 16-18.)
 
El Señor es un Dios justo y neutral; ayuda al pobre, escucha la oración de la mujer viuda y del niño huérfano. Dios se compadece de los sufrimientos de las personas. Los gritos del pobre llegan al corazón de Dios, y Dios que es un juez bueno, les ayuda.
Palabra de Dios.
 
R.-Te alabamos Señor.
 
SALMO RESPONSORIAL   33, 2-3. 17-18. 19. 23
 
R.-Si la persona que sufre llama al Señor, Él lo escucha.
 
Yo alabo siempre al Señor,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se alegra en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
 
R.-Si la persona que sufre llama al Señor, Él lo escucha.
 
El Señor se enfrenta con los que hacen mal,
para quitar de las gentes su recuerdo.
Cuando una persona grita, el Señor lo escucha
y lo salva de sus angustias.
 
R.-Si la persona que sufre llama al Señor, Él lo escucha.
 
El Señor esta cerca de los que sufren,
consuela a los deprimidos.
El Señor salva a sus siervos,
no castiga al que viene a Él,
 
R.-Si la persona que sufre llama al Señor, Él lo escucha.
 
 
 
 
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.   (4, 6-8. 16-18)
 
Querido hermano: Para mí ya llegó la hora del sacrificio y está cerca el día de mi muerte.
Hice bien mi trabajo, y he sido siempre fiel a la fe. Ahora el Señor, Juez bueno, me dará
la corona de los santos, y también premiará a todos los que desearon su venida gloriosa.
La primera vez que me defendí todos me abandonaron, y nadie me ayudó. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar completo el mensaje de salvación, para que lo oyeran todas las personas. El Señor me libró de todo mal y me salvará, llevándome a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén
Palabra de Dios.
 
R.-Te alabamos Señor.
 
EVANGELIO  
 
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.  18, 9-14.
 
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola, para algunas personas que pensaban que ellos eran los más buenos y despreciaban a los demás:
“Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era fariseo, el otro un publicano. El fariseo, de pie, orgulloso, oraba así en su corazón:
¡Oh Dios! Te doy gracias, porque yo no soy igual que los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros; y no soy como ese publicano. Yo ayuno dos veces por semana y siempre pago el diez por ciento de todas las cosas que tengo.”
El publicano, se quedó atrás, al final del templo, y le daba vergüenza levantar los ojos al cielo; se daba golpes de pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.”
Jesús dijo: este publicano se fue a su casa perdonado, y el fariseo no fue perdonado. Porque toda persona orgullosa que se enaltece será humillada, y el que se humilla será engrandecido.”
Palabra del Señor.
 
R.-Gloria a ti, Señor Jesús.