Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del día 9 de octubre de 2010.




Resumen de la homilía:

Dios puede curar cuándo Él quiere, dónde quiere, cómo quiere, y al que quiere. Dios está por encima de todos, y nadie puede obligarle a hacer una curación. Nuestra Fe es saber que Dios puede curarnos, que puede hacerlo o no, y cómo lo hace. Pero, no hagas lo que yo quiero, que se haga lo que tú quieres, porque sabes más. Dios sigue haciendo milagros actualmente: cura cuerpos y almas. Puede curar directamente o con la colaboración de otra persona elegida por Él. Quien cura es Dios, y si algún enfermo se cura es por que Dios ha obrado en esa curación. Jesús hizo muchas curaciones directamente y realizó toda clase de milagros. También dio a sus discípulos el poder curar cuerpos y almas. Y el más grande de sus milagros fue su propia Resurrección. Jesús vino a curar, ayudar, acoger y salvar a todos, especialmente a los más necesitados. Él nos aconseja: “Pedir y se les dará”; pero después, debemos darle gracias por su ayuda. Vamos a la iglesia a pedir ayuda al Señor, pero, si nos ayuda, no vamos a darle gracias.
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Estas son las lecturas del sábado 9 de octubre de 2010.

PRIMERA LECTURA


Lectura del libro segundo de los Reyes. (5, 14-17)


En aquellos días, un hombre de Siria, llamado Naamán, enfermo de lepra, bajó al río Jordán y se bañó siete veces, como había dicho el profeta Eliseo, y se curó de la lepra, su carne quedó limpia como la de un niño.

Con su grupo fue a visitar al profeta, diciendo: “Ahora acepto que en todo el mundo sólo hay un Dios verdadero, el Dios de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.”

El profeta Eliseo contestó: “¡Vive Dios, a quién obedezco! No aceptaré ningún regalo.”

Naamán dijo: Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de dos mulas; porque tu servidor ya no ofrecerá sacrificios a otros dioses, sólo al Señor.”

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 97, 1. 2-3. 3-4


R.-El Señor manifiesta a las naciones su salvación.


Cantar al Señor una canción nueva,

porque hizo obras maravillosas:

con su mano consiguió la victoria,

su santo brazo.


R.-El Señor manifiesta a las naciones su salvación.


El Señor da a conocer su victoria,

manifiesta a las naciones su justicia:

se acordó de su misericordia y fidelidad

en ayuda de su pueblo Israel.


R.-El Señor manifiesta a las naciones su salvación.


Todos los pueblos del mundo

vieron la victoria de nuestro Dios.

Alaben al Señor, todas las personas,

Gritar, alabar, cantar al Señor.


R.-El Señor manifiesta a las naciones su salvación.



SEGUNDA LECTURA


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo. (2. 8-13)


Querido hermano: Acuérdate de Jesucristo, resucitado después de morir, descendiente del rey David. Yo estoy preso y sufriendo por predicar las enseñanzas de Jesús, pero la Palabra de Dios es libre. Por eso yo tengo paciencia y sufro para que los cristianos puedan salvarse, gracias al sacrificio de Jesucristo, con la gloria eterna.

Es una enseñanza segura: si morimos unidos a Jesús, viviremos siempre con Él; si perseveramos fieles a la fe, viviremos con Jesús en el cielo. Si somos fieles, Jesús permanece siempre fiel.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


EVANGELIO


Lectura del santo Evangelio según san Lucas. 17, 11-19


En aquel tiempo, Jesús iba a Jerusalén y pasó cerca de Samaria y Galilea.Cuando entró en un pueblo, vinieron diez leprosos al encuentro con Jesús. Se pararon lejos y gritando decían: “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.”

Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes.”

Cuando los leprosos iban al templo para ver a los sacerdotes, ya estaban curados. Uno de los leprosos, al ver que estaba curado, volvió rápido a buscar a Jesús, alabando a Dios con voz fuerte. Se puso de rodillas a los pies de Jesús, y le daba gracias. Ese leproso no era judío, era samaritano.

Jesús preguntó: Eran diez leprosos los que se curaron. ¿Dónde están los otros nueve?

¿El único que ha venido a dar gracias a Dios es este extranjero?

Y Jesús dijo al hombre: “Levántate y vete a tu casa: tu fe te ha curado,”

Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.