IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Esta es la homilía del día 30 de enero de 2010.



Resumen de la homilía:

Dios es Amor, y el cristiano que ama a todos manifiesta al Dios Amor. Tenemos fe y esperanza, pero si falta el amor perdemos el tiempo. “En el ocaso de la vida nos examinarán en el amor”, dice S. Juan de la Cruz. La gente de Nazaret, su pueblo, admiraba y alababa las palabras de Jesús. Pero la envidia y el orgullo no les permitía aceptar que Jesús era el Mesías. Decían: “Ese es el hijo de José, el carpintero, y de María.” Dios elige y da sus dones al que Él quiere y dónde quiere, porque Ama a todos. Cuando Dios elige a una persona, le da la ayuda necesaria para cumplir su misión. Al profeta Jeremías: “No tengas miedo, diles lo que yo te mando, Yo estoy contigo. Jesús sufrió al cumplir la misión que le dio el Padre de salvarnos a todos. Nosotros, que te nemos la obligación de manifestar nuestra fe, también sufriremos. Por eso necesitamos fortalecernos con la Palabra de Dios, la Comunión y la oración.
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Estas son las lecturas del día 30 de enero de 2010.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Jeremías. (1, 4-5. 17-19)

Recibí esta palabra del Señor: “Antes de formarte en el vientre de tu madre, te elegí y te consagré; te nombré profeta de los gentiles. Tú prepárate, ponte de pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo. Yo te convierto en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de piedra, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para librarte.”

Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 70, 1-2. 3-4. 54-6

R.-Señor, mi boca anunciará tu salvación.

En ti, Señor, me apoyo, no me derroten para siempre;

tú que eres justo, líbrame, escúchame y ven a salvarme.

R.-Señor, mi boca anunciará tu salvación.

Que tú seas mi refugio, la torre donde me salve,

porque mi roca y me castillo eres tú,

Dios mío, líbrame de la mano malvada.

R.-Señor, mi boca anunciará tu salvación.

Porque tú, Dios mío, eres mi esperanza

y mi confianza, Señor, desde mi juventud.

En el vientre de mi madre ya me apoyaba en ti,

y tú me sostenías.

R.-Señor, mi boca anunciará tu salvación.

Mi boca cantará tu auxilio, y todo el día tu salvación.

Dios mío, me enseñaste desde mi juventud.

y hasta hoy anuncio tus maravillas.

R.-Señor, mi boca anunciará tu salvación.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. (13, 4-13)

Hermanos: El amor es paciente, amable; no tiene envidia; no presume; no es mal educado ni egoísta; no se enfada; no recuerda el mal; no se alegra de la injusticia, goza de la verdad. Perdona siempre, cree siempre, espera siempre, aguanta siempre. El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se terminará. Porque nuestro saber y nuestra profecía tienen un tiempo; pero, cuando venga lo perfecto, eso se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, pensaba como un niño. Cuando me hice hombre terminé con las cosas de niño. Ahora vemos confuso en un espejo; después veremos cara a cara. Entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio de san Lucas. (4, 21-30)

En aquel tiempo, dijo Jesús en la sinagoga: “Hoy se cumple esta Escritura que han oído.” Y todos manifestaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que decía Jesús. Y decían: “¿Éste no es el hijo de José?” Y Jesús les dijo: “Seguro que me diréis este refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”; haz también aquí en tu pueblo lo que haz hecho en Cafarnaún.” Y añadió: “Os aseguro que ningún profeta es bien visto en su pueblo. En Israel había muchas mujeres viudas en tiempos del profeta Elías, cuando estuvo tres años y seis meses sin llover, y hubo mucha hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de esas viudas fue enviado Elías, sólo a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue curado, sólo Naamán, el sirio.” Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, empujaron a Jesús fuera del pueblo hasta un barranco del monte, con intención de tirarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor.

R.-Gloria a ti, Señor Jesús.


El Mesías


Los habitantes de Nazaret esperaban al Mesías, un Mesías a su medida. Y el Mesías se pasó más de treinta años entre ellos, inadvertido, compartiendo su vida. Sólo tras ese tiempo entre ellos como obrero se les presentó como Mesías. En Jesús se cumplen las esperanzas de los profetas y de los pobres de Israel. Lo que el Antiguo Testamento decía por escrito, se hace realidad en Jesús de Nazaret: Dios Padre habla y actúa por Él. Encontrarse con Jesús es encontrarse con el Dios de la vida. Por eso puede decir: « Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír ». Con Él, el tiempo de gracia ha llegado para pobres, cautivos, ciegos, oprimidos... Su gran regalo es la liberación integral, de la ceguera física y espiritual, de la miseria y de la esclavitud, del pecado...
Sus paisanos no le creyeron. ¿Cómo un compañero suyo, un trabajador como ellos, iba a tener una misión tan alta? Además, lo que planteaba era muy difícil de aceptar; ellos no eran ciegos, ni cautivos..., ¿qué les importaba aquel anuncio? Todos sabían que no era más que el hijo de José y María. Así pasa también entre nosotros. Si viene alguien importante de fuera a hablarnos, vamos a escucharlo. Pero si es un compañero el que quiere hablarnos, no le hacemos caso.
Lo característico del Reino de Dios es su constante actualidad. Cada hombre, debe encontrarse con el camino liberador del Señor. El hombre es el desterrado que espera el Hoy de su liberación,. En la situación actual, en esta fuerte crisis económica, la salvación de muchas personas y familias enteras vendrá de la solidaridad y fraternidad, patrimonio de los cristianos. Cáritas es uno de los muchos ejemplos. La Palabra de Dios nos pide hoy que sepamos descubrir su santa voluntad respecto a nuestro mundo. El Señor quiere que este sea un día de alegría y fiesta: el inicio de un compromiso firme y compartido por erradicar poco a poco todo lo que obstaculiza la llegada del Reinado de Dios.

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Esta es la homilía del día 24 de enero de 2010.



Resumen de la homilía:

Cuerpo de Cristo, todos miembros y Jesús la Cabeza, diversos pero unidos. No separarse. Había un Templo en Jerusalén donde los sacerdotes ofrecían sacrificios. Pero cada pueblo tenía su Sinagoga donde los sábados se leía la Palabra de Dios. Jesús se manifestó en la Boda de Caná, haciendo el primer milagro. Después Jesús empezó a manifestarse leyendo y enseñando en las Sinagogas. La gente alababa lo que decía Jesús y su fama se extendió por toda la zona. Al principio Dios hablaba por medio de los Profetas y también por su Ley. Jesús leyó a Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre Mí, porque me ha ungido, me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, la libertad a los presos y la vista a los ciegos. Ese soy Yo, el Mesías, pero no le creyeron. “Vino a los suyos y los suyos no le recibieron.” Decían: “¿No es éste el hijo del carpintero, el Hijo de José y de María? Nosotros, ¿aceptamos que Jesús es el Salvador? ¿Cumplimos lo Él que nos dijo?
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Estas son las lecturas del día 24 de enero de 2010.


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de Nehemías. (8, 2-4. 5-6. 8-10)


En aquellos días, el sacerdote Esdras llevó el libro de la Ley a la asamblea, formada por hombres, mujeres y todas las personas que razonaban bien. Era a la mitad del séptimo mes. En la plaza de la Puerta del Agua, desde por la mañana temprano hasta el mediodía, estuvo leyendo a todos. Todas las personas escuchaban con atención la lectura de la Ley. Esdras, estaba de pie, en un lugar alto, abrió el libro delante de todo el pueblo y, cuando lo abrió, toda la gente se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todas las personas, levantando las manos, respondieron: “Amén, amén.” Después se inclinaron y adoraron al Señor.

Los levitas leían el libro de la Ley de Dios con claridad y explicándolo, para que comprendieran bien la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían a todos: “Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: no se pongan tristes ni lloren.” Porque todas las personas lloraban al escuchar las palabras de la Ley. Y les dijeron: “Id a comer buena comida, bebed vino dulce y llevad parte a los que no tienen, porque es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, porque el gozo del Señor es vuestra fortaleza.”

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL. 18, 8. 9. 10. 15.


R.-Señor, tus palabras son espíritu y vida.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;

el mandato del Señor es fiel y enseña al ignorante.

R.-Señor, tus palabras son espíritu y vida.

Los mandatos del Señor son buenos y alegran el corazón.

la norma del Señor es clara y da luz a los ojos.

R.-Señor, tus palabras son espíritu y vida.

La voluntad del Señor es pura y siempre fuerte;

los mandamientos del Señor son verdaderos y totalmente justos.

R.-Señor, tus palabras son espíritu y vida.

Que te agraden mis palabras y llegue a ti el meditar de mi corazón,

Señor, fuerza mía, salvador mío.

R.-Señor, tus palabras son espíritu y vida.


SEGUNDA LECTURA


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios, (12, 12-30)


Hermanos: Igual que el cuerpo es uno y tiene muchas partes, pero forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, estamos bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos bebimos de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros. Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.

Dios nos puso en la Iglesia en primer lugar los apóstoles, en el segundo puesto los profetas, después los maestros, después los que hacen milagros, luego los que reciben el don de curar; pero todos no son apóstoles, tampoco todos son profetas, ni todos maestros. Cada uno realiza una misión dentro del mismo cuerpo de Cristo.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


EVANGELIO.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas. 1, 1-4; 4, 14-21


Querido amigo Teófilo: Muchas personas han empezado a escribir todas las cosas que sucedieron aquí, y que nos contaron los que son testigos porque vieron y conocieron a Jesús y después predicaron la Palabra. Yo también, después de comprobar bien todo desde el principio, he acordado escribirlo todo por su orden, para que tú conozcas la seguridad de las cosas que te enseñaron.

En aquel tiempo Jesús fue a Galilea con la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por todos los pueblos. Jesús enseñaba en las sinagogas y todas las personas le alababan. Jesús fue a su pueblo, Nazaret, entró el sábado en la sinagoga y se puso de pie para hacer la lectura. El responsable le dio el libro del profeta Isaías. Jesús abrió el libro y leyó: “El Espíritu del Señor está conmigo, porque él me ungió. Me envió para anunciar la Buena Noticia a los pobres. Para anunciar la libertad a los presos, y dar la vista a los ciegos. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar a todos un año de gracia y de perdón.”

Jesús, cerró el libro, se lo dio al ayudante y se sentó. Todos miraban a Jesús. Él les dijo:”Hoy se cumple esta Escritura que oyeron.”

Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.


Para anunciar el Evangelio a los pobres


La gente sencilla, estaba llena de admiración por las palabras de gracia que salían de la boca de Jesús.

No es de extrañarse que aquella gente quedara cautivada atraída con las palabras de Jesús, sobre todo ante un mensaje que hasta ese momento no habían oído especialmente los pobres y los humildes. Así era como predicaba Jesús, así era como evangelizaba, así es como debemos aprender de El, con palabras sinceras, esperanzadora, bondadosas, amables, consideradas, respetuosas, amorosas y salidas del corazón.

El Evangelio es un mensaje, es la Buena Noticia, pero también es vida, por tanto no solo prediquémoslo con palabras, también con el testimonio de la propia vida. En otras palabras, debemos creer con gran convicción lo que anunciemos, vivir plenamente lo que creemos y vivir lo que predicamos, porque no es menos cierto, que se escucha más a gusto a los que dan testimonio.

Jesús, resucitado, continúa hoy caminando en medio de la humanidad, especialmente entre los pobres con la buena noticia, anunciando la liberación a los cautivos y en la curación de los ciegos, como luz del mundo, dando libertad a los oprimidos y a proclamando el año de gracia del Señor



II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Esta es la homilía del día 16 de enero de 2010.



Resumen de la homilía:

El Espíritu Santo es quien hace la Iglesia, y fortalece con sus dones. Los dones que cada uno recibe son para el bien común, de todos. Jesús, tiene todos los dones del Espíritu Santo, porque es Dios. Nueva manifestación de Jesús, ahora ante sus discípulos. Jesús bendice la boda con su presencia. Realiza el primer milagro y sus discípulos creyeron en Él. Jesús actúa como salvador ante un problema familiar. María, imagen de mujer creyente, vive de cara a los demás. Se da cuenta de la falta fe vino y se compadece de los novios. Interviene ante su Hijo como intercesora nuestra. Vayan a Jesús y hacer lo que Él les diga. María siempre será la mejor guía para encontrarnos con Jesús.

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Estas son las lecturas del día 16 de enero de 2010.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías. (62, 1-5)

Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga su justicia, y su salvación brille como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, hablado por la boca del Señor. Serás corona brillante en la mano del Señor y corona real en la mano de tu Dios. Ya no te llamarán “Abandonada”, ni a tu tierra “Destruída”; porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá dueño. Como un joven se casa con su novia, así te coge el que construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


SALMO REPONSORIAL 95, 1-2ª. 2b


R.-Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Cantad al Señor una canción nueva,

cantad al Señor, toda la tierra;

cantad al Señor, bendecid su nombre.

R.-Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Anunciad cada día su victoria,

contad a los pueblos su gloria,

sus maravillas a todas las naciones.

R.-Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Arrodillarse ante el Señor en el templo,

tiemble ante el Señor todo el mundo.

Decid a los pueblos: “El Señor es rey,

Él gobierna a los pueblos perfectamente.”

R.-Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. (12, 4-11)


Hermanos: Hay diferentes dones, pero un mismo Espíritu; hay distintos servicios, pero un mismo Señor; hay muchos trabajos, pero un mismo Dios que obra en todos.En cada uno se manifiesta el Espíritu para bien de todos. Uno recibe el Espíritu de hablar bien; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Una persona recibe por el mismo Espíritu el don de la fe; y otro, el don de curar. A éste, el poder de hacer milagros; a otro, anunciar cosas de Dios. A otros, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, el hablar diferentes lenguas. El mismo y único Espíritu hace todas estas cosas, dando a cada persona en particular lo que él quiere.

Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan. 2, 1-11.

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea y estaba allí María, la Madre de Jesús. También Jesús con sus discípulos estaban invitados a la boda. Se terminó el vino, y María dijo a Jesús: “No tienen vino.” Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué vamos a hacer tú y yo? Todavía no ha llegado mi hora.” María dijo a los sirvientes: “Ustedes hagan lo que mi Hijo les diga.” Había allí seis tinajas de piedra, para los judíos cumplir sus obligaciones religiosas de lavarse las manos antes de comer. Cada una podía llenarse con unos cien litros. Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen las tinajas de agua.” Y los sirvientes las llenaron. Jesús les mandó: “Ahora, sacar un poco y llevárselo a la persona responsable de la boda.” Los sirvientes lo llevaron. Cuando el responsable probó el agua convertida en vino, como no sabía de donde era ese vino tan bueno, fue a buscar al novio y le dijo: “Todas las personas tienen la costumbre de servir primero el vino bueno, y cuando han bebido mucho, le ponen el vino peor. Pero tú has guardado el vino bueno para servirlo al final de la boda.” Así Jesús empezó sus milagros en Caná de Galilea, y manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en El.


Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.

El primer milagro de Jesús: en una boda


Jesús acudió con los discípulos y María a Caná, donde realiza el primer milagro. La importancia de María, la madre de Jesús, en este encuentro es muy grande. Los discípulos dejan todo para seguir a Jesús. Pero saben poco de Él. Es lógico que les agradase conocer a la Madre de Jesús, aunque desconozcan las maravillas que Dios ha hecho en ella. La ven amable y muy compenetrada con su Hijo. Todos van a Caná a unas bodas. Jesús les está enseñando que no rechaza el matrimonio como malo, ni siquiera como algo permitido, pero negativo, sino que se alegra con los novios, como lo hacen todos. Es más, Cristo bendecirá la unión matrimonial con bendiciones del cielo para que pueda cumplir su función original de ser comunión de amor y de vida. Allí Jesús "manifestó su gloria" y "los discípulos creyeron en Él". La intervención de María en estas dos realidades es decisiva.

María está con Jesús en la fiesta de la boda, se fija en todo y en un momento determinado dice a su Hijo: "no tienen vino"(Jn). Es una petición de doble intención, pues, de una parte, le pide ayuda en una pequeña dificultad doméstica; de otra le plantea que se manifieste como Mesías con un milagro.

Y la primera reacción de Jesús parece negativa: "¿qué nos va a ti y a mí, aún no ha llegado mi hora"; se cruzan las miradas. María amablemente compenetrada con su Hijo dice en voz baja a los sirvientes: "Haced lo que Él os diga"

Fiesta del Bautismo del Señor

Esta es la homilía del día 9 de enero de 2010.



Resumen de la homilía:

Juan predicaba la conversión y bautizaba a los que querían cambiar de vida. ¡Jesús se humilla hasta pasar por pecador, pidiendo a Juan el bautismo! Juan Bautista se quedó impresionado cuando Jesús pidió ser bautizado. Juan dijo; “Él es más que yo, y yo no soy digno de desatarle las sandalias” Los judíos sacrificaban un cordero para que Dios perdonase sus pecados. Pero Jesús no tenía pecado, por eso no necesitaba convertirse. Juan dice de Jesús: “Es el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo” Eso lo dice el sacerdote en la Misa al presentar el Cuerpo de Cristo. Al bautizarse Jesús, se abrió el Cielo y vino el Espíritu Santo como paloma. Se oyó una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado, el predilecto.” El Padre Dios revela al mundo que ese bautizado es su Hijo, el Dios-Hombre. Al entrar Jesús en el río Jordán dio al agua un poder de sanación espiritual. Imitemos a Jesús en su humildad, haciéndose igual que los demás. Desechemos el orgullo y aceptemos que necesitamos convertirnos. Debemos tomar modelo de Jesús y su forma de vida y obediencia al Padre. Que al final de nuestra vida el Padre nos reconozca como buenos hijos suyos.

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Estas son las lecturas del día 9 de enero de 2010.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías. (42, 1-4. 6-7)

Así dice el Señor: “Mirad a mi siervo, a quien apoyo; mi elegido, a quien prefiero. En él puse mi Espíritu, para que dé justicia a las naciones. No gritará por las calles. La caña doblada no la romperá, la luz floja de la vela no la apagará. Defenderá fiel el derecho en las naciones, los pueblos lejanos esperan sus leyes. Yo, el Señor, te he llamado para cumplir mi justicia, te he cogido de la mano, te he enviado para que unas a mi pueblo y seas luz de las naciones. Para que abras los ojos a los ciegos, para sacar a los presos de la cárcel, y lleves a la luz a los que están en la oscuridad.”

Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 28

R.-El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Hijos de Dios, alabad al Señor,

alabad la gloria del nombre del Señor,

postrarse ante el Señor en el templo.

R.-El Señor bendice a su pueblo con la paz.

La voz del Señor encima de las aguas,

el Señor encima de las aguas fuertes.

La voz del Señor es poderosa,

la voz del Señor es maravillosa.

R.-El Señor bendice a su pueblo con la paz.

El Dios de la gloria ha gritado.

En su templo todos gritan: “¡Gloria!”

El Señor se sienta por encima de las aguas,

el Señor se sienta como rey eterno.

R.-El Señor bendice a su pueblo con la paz.


SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. (10, 34-38)

En aquellos días, Pedro dijo: “Está claro que Dios no hace diferencias; acepta a la persona que lo ama y practica la justicia, de cualquier nación que sea. Dios envió su Palabra a los judíos, anunciando la paz que traerá Jesucristo, el Señor de todos. Sabéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan Bautista predicaba el bautismo, en Galilea. Hablo de Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los enfermos, porque Dios estaba con él.”

Palabra de Dios

R.-Te alabamos Señor.


Aleluya

Se abrió el cielo, y se oyó la voz del Padre: “Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.”


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. 3. 15-16. 21-22

En aquel tiempo, todas las personas estaban asombradas y dudaban, y todos se preguntaban si Juan sería el Mesías. Juan habló y dijo a todos: “Yo les bautizo con agua; pero viene una persona que puede más que yo, y yo no soy digno de ponerle las sandalias. Él les bautizará con Espíritu Santo y fuego.” Cuando se bautizaba mucha gente, Jesús también se bautizó. Y, cuando estaba orando, se abrió el cielo, vino el Espíritu Santo a Jesús en forma de paloma, y se oyó una voz del cielo que decía: “Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.”

Palabra del Señor.

R.-Gloria a ti, Señor Jesús.

Juan Bautista


La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?» Y Jesús les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo.» Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?» El les dijo: «No exijáis más de lo que os está fijado.» Le Preguntaron también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?» El les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestro sueldo.» Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga.» Y, con otras muchas palabras, anunciaba al pueblo la Buena Nueva.

DOMINGO SEGUNDO DESPUÉS DE NAVIDAD

Esta es la homilía del día 2 de enero de 2010.



Resumen de la homilía:

Al principio Dios nos habló por los profetas. Pero Dios se hizo hombre, vivió con nosotros y nos habló. Jesús es la Palabra de Dios. Dios habla por boca de Jesús. En la Biblia, tenemos la Palabra de Dios. El apóstol Juan dice que ellos vieron la gloria de Dios. Esa gloria se manifestó en los milagros y en las enseñanzas de Jesús. En su transfiguración, hablando con Moisés y Elías. Dios se manifestó en Jesús para ofrecernos la salvación. Esa salvación es el perdón de los pecados y reconciliación con Dios. La Vida en el Espíritu y la vida eterna en el cielo. Nosotros podemos aceptar o rechazar lo que Cristo nos ofrece. Aceptando su gracia tiene sentido celebrar la Navidad. Y, agradecidos, daremos honor y gloria a Dios.

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Estas son las lecturas del día 2 de enero de 2010.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico. (24, 1-2. 8-12)

La sabiduría se alaba ella misma, presume dentro de su pueblo, habla en la Asamblea del Altísimo y se alaba delante del Todopoderoso. En su pueblo será alabada, y admirada en la congregación de los santos; recibirá alabanzas de la multitud de los elegidos y será bendita con los bendecidos. El Creador del universo me ordenó, el Creador puso mi casa: “Vivirás en Jacob, Israel es tu heredad.” Al principio, antes de los tiempos, el Señor me hizo, y no terminaré nunca. En la santa casa, delante de Él, ofrecí alabanza y en Sión puse mi vivienda; en la ciudad elegida pude descansar, en Jerusalén está mi poder. Viví dentro de un pueblo glorioso, en la parte del Señor, en su propiedad, y vivo en la congregación total de los santos.

Palabrea de Dios.


R.-Te alabamos Señor


SALMO RESPONSORIAL 147, 12-13. 14-15. 19-20


R.-La Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros.

Alaba al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión:

que ha fortalecido tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.

R.-La Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros.

Puso paz en tus fronteras, te alimenta con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra y su palabra pasa rápida.

R.-La Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros.

Anuncia su palabra a Jacob, sus leyes y mandatos a Israel;

con ningún pueblo obró así, ni les dio a conocer sus leyes.

R.-La Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros.


SEGUNDA LECTURA.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. (1, 3-6. 15-18).

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo en la persona de Cristo con muchas y diferentes bendiciones espirituales y celestiales. Dios nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que seamos santos ante Él por el amor. Dios, gracias a la persona de Cristo, nos hizo hijos adoptivos suyos, para que la gloria que nos dio en su querido Hijo, sea para su alabanza. Yo, Pablo, que sé de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los santos, doy siempre gracias a Dios por vosotros, recordándolos en mi oración, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, os dé espíritu de sabiduría para conocerlo. Ilumine vuestro corazón, para que comprendan cual es nuestra esperanza, y cual es el premio que da a los santos.

Palabrea de Dios.


R.-Te alabamos Señor


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan. 1, 1-18

Al principio ya había la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. En el principio la Palabra estaba junto a Dios. La Palabra hizo todo, y sin la Palabra no se hizo nada. En la Palabra había vida, y era la luz de los hombres. La luz brilló en la oscuridad, pero la oscuridad la rechazó. La Palabra es la Luz verdadera, que alumbra a todo hombre. La Palabra vino al mundo y en el mundo estaba. La Palabra hizo el mundo y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y no la recibieron. Pero todas las personas que la recibieron, pueden ser hijos de Dios, si creen en Él. Estas personas no han nacido de la sangre. Ni de amor humano, han nacido de Dios. Y la Palabra se hizo carne y vivió con nosotros, y vimos su gloria de Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.

Acampó entre nosotros


En el prólogo del evangelio de Juan a la frase «La Palabra se hizo carne» «y habitó entre nosotros», literalmente: «acampó entre nosotros» En los tiempos del éxodo Dios se hizo presente de modo visible en la sagrada tienda del tabernáculo, donde ocasionalmente resplandeció su gloria. De modo parecido, pero infinitamente más maravilloso, Cristo habitó entre los hombres de modo permanente en la tienda de su humanidad. A esta afirmación Juan añade un testimonio personal: «... y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre». Esa gloria se hizo patente en sus milagros y en su transfiguración pero de modo más maravilloso en las características morales que distinguieron su ministerio: «lleno de gracia y de verdad». A esa gracia se refería Pablo cuando escribía: «la gracia de Dios se ha manifestado para ofrecer salvación a todos los hombres» Esa salvación, incluye perdón, reconciliación con Dios, liberación del poder esclavizante del pecado, vida en el Espíritu, vida eterna. Todas estas verdades estaban implícitas en el nacimiento del unigénito Hijo de Dios. Lo que ahora corresponde a los seres humanos es asumirlas. Como ya hemos indicado, podemos aceptar y podemos rechazar lo que la gracia de Cristo nos ofrece. Pero sólo la aceptación dará sentido a la celebración de la Navidad y hará posible que, a semejanza de los pastores tributemos honor y gloria a Dios agradecidos por su don inefable.