Jesús, como pastor, pastorea su rebaño


El tema ha sido muy representado en las imágenes cristianas, y pueden encontrarse testimonios a partir del siglo II. En las primeras representaciones de las obras romanas el cordero está en los brazos del pastor, como un símbolo de amor. En otro tema el Buen Pastor guarda su rebaño, de pie o sentado. La otra representación con el cordero perdido en los brazos o sobre los hombros está mucho más extendida.
A partir del siglo VI decae la representación del Buen Pastor hasta desaparecer completamente en la Edad Media, y se recupera otra vez entre los siglos XV y XVI, para volver a quedar relegada en el siglo XIX. En los siglos XVII y XVIII reaparece a veces con la versión de la Divina Pastora.
La variedad de representaciones es numerosa. Las características comunes de las obras suelen presentar a un niño que porta un báculo, cayado o flauta, con túnica, y que tiene en su regazo o lleva sobre los hombros un cordero. También se ha representado con Jesús adulto.
En pintura se encontraba ya en las catacumbas de san Calixto o de Domitila, y una de las obras más conocidas es la del famoso pintor español Bartolomé Esteban Murillo. En la escultura ha sido también una imagen común, que empezó siendo esculpida en los flancos de las tumbas y también en la música religiosa, como la pieza para órgano, El triptico del Buen Pastor, de Jesús Guridi.