En el evangelio del domingo María Magdalena va a buscar al Señor y Cristo le sale al encuentro. En cambio en este evangelio nos encontramos con los típicos seguidores de los días de gloria que huyen el día del castigo.
Es verdad que los discípulos de Emaús tienen el mérito de no haber traicionado a Jesús. Habían esperado que Él sería el Salvador. Lo que no han recordado es que Cristo persevera hasta el final, nunca abandona, es capaz de esperar hasta el último momento y salir al encuentro como un buen amigo que tiende la mano y ofrece su ayuda.
Sin embargo, Jesús quiere respetar nuestra libertad y nos deja libres de aceptar la ayuda que Él nos ofrece. Nos acompaña durante todo el camino; pero, si no le pedimos que se quede con nosotros, seguirá su camino, y no lo reconoceremos cuando parta el pan.
