LA FE ES NECESARIA

D. JOSÉ, EL CURA, Y PACO, EL HERRERO.

Paco: Yo tengo fe, Sr. Cura, ¡faltaría más! No piense que soy uno de esos que vienen del extranjero…de eso nada, soy un pobre herrero, pero honrado.


D. José: No se enfade, hombre, pero vamos a ver, ¿Vd. cree en Dios?


Paco: Yo creo en Dios; algo tiene que haber por ahí arriba, porque mi madre le rezaba mucho.


D. José: ¿Vd. sabe quién es Jesucristo?


Paco: ¡Sí, claro! Fue un hombre muy bueno…pero vivió y murió hace mucho tiempo. Creo que ni mis abuelos le conocieron.


D. José: Paco, ¿Vd. sabe leer?


Paco: ¡Hombre!, no ofenda Vd. ¿Por quién me toma? Faltaría más. Tan burro no soy.


D. José: ¿Qué acostumbra Vd. leer?


Paco: Pues…”Marca”…”El País”…alguna novela del Oeste americano…porque no hay tiempo para más. Se trabaja muy duro, Sr. Cura.


D. José: Y el Evangelio, ¿lo lee?


Paco: Tanto como leerlo no. Mi mujer tiene uno guardado; pero yo lo oí cuando fui a Misa.


D. José: ¿Ha leído alguna vez la Biblia?


Paco: Ese libro gordo no. Es muy difícil de entender. Hay que saber más letras de las que me enseñaron a mí en la escuela del pueblo.


D. José: Entonces, Paco, ¿cuál es su fe?


Paco: Oiga, Sr. Cura, yo soy católico como mi familia de siempre…Yo voy siempre a Misa en la fiesta de mi pueblo, porque hay que trabajar hasta los domingos para poder dar de comer a la mujer y mis siete hijos, sabe Vd. Cuando yo voy a la iglesia le pongo una vela todos los años a la Virgen de los Desamparados. Yo soy más honrado que otros que van a Misa todos los domingos…Porque para ser honrado no hace falta ir a Misa. ¿No lo cree Vd.?


D. José: Tienes razón, Paco, pero para ser honrado tampoco hace falta bautizar a los niños, ni hacer la primera comunión.


Paco: Pero siempre se ha hecho así, Sr. Cura. ¿o es que Vd. también se ha modernizado?


D. José: ¡Otra vez con lo mismo! Mira, el bautismo y la comunión son sacramentos, encuentros con Jesús, y, por lo tanto, muy importantes para nosotros; pero los sacramentos son actos de fe, y suponen la fe de la persona que los recibe, o de sus padres cuando son niños pequeños.


Paco: Pero, D. José, Vd. perdone, pero si no bautizamos al niño, ¿cuándo vaya al colegio y le pidan la partida de bautismo? ¡se nos cae la cara de vergüenza! Por favor, compréndalo Vd.


D. José: Escúchame bien, amigo Paco. La partida de bautismo no hace falta para ningún asunto civil. Toda persona tiene derecho a estudiar, lo mismo si es católica que si no lo es. En ningún colegio piden la partida de bautismo para admitir a un niño. Nadie pide la partida de bautismo para admitir a un trabajador. Sólo se necesita en España estar bautizado para algún cargo importante, para ser Jefe de Estado. Por eso, Paco, si Vd. no tuviese fe, no se preocupe de bautizar al niño, porque la partida de bautismo no la necesitará; solamente si se quiere casar por la Iglesia cuando sea mayor.


Paco: Aconséjeme Vd., porque si no bautizo a mi niño ¡ya verá como me ponen en el pueblo!


D. José: Vd. Paco, obre siempre sinceramente y en conciencia, pero ¡no haga las cosas “porque siempre se hicieron así”!


El sacristán