Domingo de la Sagrada Familia

Esta es la homilía del día 26 de diciembre de 2009.



Resumen de la homilía:

La familia es un proyecto de Dios. “No es bueno que el hombre esté solo y le dio una compañera “. Dios les mandó: “Creced y multiplicaos” Más tarde les dio un modelo: “La Sagrada Familia” En esa familia modelo el primer lugar es de Dios. María dijo:“Yo soy la esclava del Señor”. José cumplió su misión. Jesús: “¿No saben que yo debo ocuparme de las cosas de mi Padre?” Fue con sus padres a Nazaret y les obedecía. En el Sacramento del matrimonio, están unidos por el Amor de Dios. El amor es la fuerza que produce la unión perfecta. Amar a otro no es para usarlo, es para servirlo. En los matrimonios ¿qué lugar ocupa Dios? No hacer nada que sea contrario a la voluntad de Dios. Mutuamente ser comprensivos, compasivos, humildes y pacientes. Eso es posible si la familia se une para la oración. Habrá problemas porque somos humanos, pero para ayudarnos está Dios.

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Estas son las lecturas del día 26 de diciembre de 2009.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico. (3, 2-6. 12-14)


Dios hace al padre más importante que a los hijos y da autoridad a la madre para dirigir a sus hijos. El que honra y respeta a su padre, Dios le perdona sus pecados; el que respeta a su madre tiene premios; el que respeta a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando reza, Dios le escucha; el que respeta a su padre vivirá muchos años; al que respeta a su madre el Señor le escucha..

Hijo mío, honra y obedece siempre a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque tu padre sea muy viejo, ten lástima de él, no le hagas sufrir mientras viva. La ayuda del padre no se olvidará, se recordará para perdonar sus pecados.

Palabra de Dios.


R.- Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 127, 1-2. 3. 4-5


R.-Felices los que aman al Señor y obedecen sus Mandamientos.


Feliz el que ama al Señor y va por sus caminos.

Comerás el fruto de tu trabajo, serás feliz, vivirás bien.


R.-Felices los que aman al Señor y obedecen sus Mandamientos.


Tu mujer como un árbol con mucho fruto, dentro de tu casa;

tus hijos como buenos frutos alrededor de tu mesa.


R.-Felices los que aman al Señor y obedecen sus Mandamientos.


Esta es la bendición del hombre que obedece al Señor.

Que el Señor te bendiga,

que veas el progreso de Jerusalén

todos los días de tu vida.


R. Felices los que aman al Señor y obedecen sus Mandamientos.


SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses. (3, 12-21)


Hermanos: Como pueblo elegido de Dios, santos y amados, tengan sentimientos de misericordia, bondad, humildad, dulzura, comprensión.

Tengan paciencia y perdónense unos a otros. El Señor les ha perdonado, hagan ustedes igual. Pero por encima de todo, tengan amor, que es la unión perfecta.

Que la paz de Cristo obre en su corazón; a ustedes les llamaron a encontrar la paz, unidos en un mismo cuerpo. Sean agradecidos. La Palabra de Cristo entre en sus corazones con todo su poder; enseñarse unos a otros con toda sabiduría; aconsejarse unos a otros. Cantar a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, y cantos inspirados.

Y, todo lo que de palabra o de obra realicen, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre. Mujeres, obedezcan a sus maridos, como quiere el Señor. Maridos, amen a sus mujeres, no se enfaden con ellas.

Hijos, obedezcan a sus padres en todo, que eso le gusta al Señor.

Padres no sean duros con sus hijos, porque pueden desanimarse.

Palabra de Dios.


R.-Te alabamos Señor.


EVANGELIO


Lectura del santo Evangelio según san Lucas. 2, 41-52


Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén a las fiestas de Pascua. Cuando Jesús tenía doce años, fue con sus padres a Jerusalén, y al terminar las fiestas, regresaron a su pueblo, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin decir nada a sus padres. José y María, pensando que Jesús iba en el grupo de personas, caminaron todo el día y después, al ver que Jesús no estaba, buscaron al niño Jesús preguntando a los familiares y amigos; al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén a buscarlo. A los tres días, lo encontraron en el Templo, sentado con un grupo de Maestros de la Ley, escuchando y preguntando. Todas las personas que oían a Jesús estaban asombradas por su sabiduría y las cosas que preguntaba a los Maestros. José y María, al ver a Jesús se emocionaron y asombraron mucho. María, su madre, le dijo: Hijo, ¿por qué te separaste de nosotros?, tu padre y yo te buscábamos muy preocupados. Jesús contestó: ¿Por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar en la casa de mi Padre? Ellos no comprendieron lo que Jesús decía. Jesús fue con sus padres a Nazaret y les obedecía. María, la madre, guardaba en su corazón estos recuerdos. Jesús crecía, y progresaba en sabiduría y agradaba a Dios y a las personas.

Palabra del Señor.


R.-Gloria a ti, Señor Jesús.