LA FELICIDAD DE LA FE


Acabamos de escuchar el bellísimo relato de la visitación de María a su prima Santa Isabel. En ese encuentro sagrado y lleno de amor, en el cual se manifiesta la inmensa caridad de María hacia su prima que se encontraba en trance de un parto difícil, Santa Isabel bendice a Dios y alaba a Nuestra Señora por el privilegio maravilloso de haber sido escogida para ser madre del Mesías, el Hijo de Dios, nuestro salvador. En ese diálogo inspirado por Dios, Isabel dice a María: "Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá" (Lc. 1, 45).

Sí queridos hermanos, María acogió el anuncio del ángel de que sería la madre de Jesús con una fe intensa, con docilidad, con espíritu de confianza y obediencia. Ella dice al ángel: "He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu Palabra", dándonos a todos nosotros ejemplo de fe viva, de entrega confiada en las manos de Dios, de obediencia a su santísima voluntad. Y por ello Isabel le dice esas reconfortantes palabras: "Feliz tú que has creído".