Esta es la homilía del día 28 de marzo de 2009.
Resumen de la homilía:
La Cuaresma es en camino hacia la Pascua. Es necesario morir para poder Resucitar.
“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere no produce fruto.”
Unos griegos dijeron al apóstol Felipe que querían ver a Jesús.
Nosotros, los que hemos encontrado en Jesús el Amigo verdadero, también deseamos verlo.
Para eso debemos imitar a Jesús, especialmente en obrar siempre por amor.
La prueba del amor verdadero es el sacrificio, la renuncia de sí mismo por amor al otro.
Un padre y una madre tienen que sacrificarse para poder cuidar y formar a sus hijos.
Un estudiante tiene que renunciar a las diversiones y otros gustos para aprobar los estudios.
Un misionero renuncia a su familia, amigos, costumbres por ayudar a los infieles por amor.
El que desea ir al cielo para ver a Jesús…debe renunciar a cosas que le separan de su fe.
Hay que dar testimonio con nuestra vida para que otros puedan conocer y amar a Jesús.
Jesús sufrió y sintió angustia por el sufrimiento, pero ¡hágase la voluntad del Padre!
Nosotros también rezamos: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”Debemos decir en la oración: “Señor, aparta de mi, todo lo que me separe de ti.”
Vendrán días-- palabra del Señor—yo haré una alianza nueva con el pueblo de Israel. Una alianza diferente a la alianza que yo hice antiguamente con vuestros padres, cuando los saqué de Egipto: ellos rompieron mi alianza, aunque yo era su Señor--palabra del Señor—Yo pondré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y nadie tendrá que enseñar a su hermano, diciendo: Reconoce al Señor. Porque todos me conocerán, desde el niño hasta el mayor—palabra del Señor—cuando perdone sus pecados.
Dios mío, ten misericordia de mí,
por tu gran compasión borra mi culpa:
lava todas mis malas obras,
R. Señor Dios, dame un corazón puro.
Señor Dios, dame un corazón puro,
cámbiame por dentro con buen espíritu,
no me arrojes lejos de ti,
R. Señor Dios, dame un corazón puro.
Dame la alegría de tu salvación,
fortaléceme con espíritu generoso:
enseñaré a los malos tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
R. Señor Dios, dame un corazón puro.
SEGUNDA LECTURALectura de la carta a los Hebreos ( 5, 7-9)
R. Te alabamos Señor.
EVANGELIO
En aquel tiempo, unos griegos que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta, se acercaron al apóstol Felipe que era del pueblo de Betsaida de Galilea, y le pidieron: “Señor, queremos ver a Jesús.”
Felipe se lo dijo al apóstol Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó, diciendo: “Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, seguirá siendo un grano de trigo. Pero si cae en la tierra y muere, producirá mucho fruto.
El que vive preocupado sólo por su vida, la pierde; pero el que no esté preocupado por su vida en este mundo, la tendrá para la vida eterna.
Si alguna persona quiere servirme, que venga conmigo; y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo premiará.
Ahora estoy profundamente triste. ¿Qué puedo decir? ¿Padre; líbrame de esta hora?
¡Pero si por esto he venido para aceptar esta hora! Padre, glorifica tu nombre.”
Entonces se oyó una voz del cielo, diciendo: “Ya lo he glorificado y volveré a glorificarlo.”
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno, y otros, que había hablado un ángel. Pero Jesús les dijo: “Esa voz no hablaba para mí, hablaba para que la oyeran ustedes.
Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea levantado en lo alto, atraeré a todos los hombres a mí.”Esto lo decía explicando la forma en que iba a morir.