Leyenda de los Reyes Magos


La tradición cuenta que los Reyes Magos estudiaban las estrellas,vinieron de Oriente, en número de tres, y que iban guiándose por una estrella que les condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro, representando su naturaleza real, incienso, que representa su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios, y mirra, un perfume para embalsamador a los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús. Antes de llegar, encontraron al gobernador Herodes el Grande en la ciudad de Jerusalén, quien les pidió que, de regreso vinieran a verle para saber el lugar donde se encontraba el niño; y, así, poder ir él también a adorarle. ( Lo que Herodes quería era matar al niño, por eso mandó la matanza de los inocentes).
La historia sigue contando cómo un ángel se apareció a los tres Reyes Magos y les avisó que no fueran a ver a Herodes, porque quería matar al Niño. Así se fueron a sus países por otro camino. Parece ser que, sólo por el hecho de que el relato evangélico indicara que trajeron tres dones (oro, incienso y mirra), se piensa que eran tres los Reyes que los traían. .La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la pared está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan una procesión conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Gaspar, Melchior, Balthassar...