Nuestro Bautismo

LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA CATÓLICA

Los Sacramentos son signos ( 1 ) sensibles, ( 2 ) instituidos por Nuestro Señor Jesucristo ( 3 ) que nos dan la Gracia de Dios ( 4 ) y nos santifican. Cada Sacramento es un encuentro con Jesucristo.
Son siete: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Confesión, Unción de enfermos, Matrimonio, Orden sacerdotal.
1-Señales, actos o palabras como: dar la mano en la paz, poner agua en la cabeza del niño, hacer una cruz en la frente, decir Amén.
2-Que se ven, se oyen, se sienten.
3-Inventados, fundados, creados por Jesucristo.
4-Nos dan el Amor de Dios y nos hacen santos.

NUESTRO BAUTISMO

Jesús dijo: “El que crea y se bautice se salvará”. (Mc. 16, 16)
Como todos sabemos, todas las personas nacemos con el “pecado original” que cometieron nuestros primeros padres, Adán y Eva.
Como Dios nos ama mucho y sabía que mientras estuviésemos en pecado, no podríamos ir al cielo y vivir en amistad con Él, nos envió a su Hijo Jesucristo, quien se hizo hombre como nosotros para salvarnos y hacer posible la vida de amor con Dios.
Por eso Jesucristo, murió en la cruz y resucitó. De esa manera venció al pecado e hizo posible que nosotros podamos abandonar el pecado y nacer de nuevo a la vida de Dios. Todo ello, gracias al Bautismo.
Todos nacemos separados de Dios, es decir, “muertos a la vida de Dios” por el pecado original y nacemos a la vida de Dios, a la vida espiritual, al recibir el Bautismo.
El Bautismo, como todos los otros seis sacramentos, fue instituido por Cristo. Él mandó a los apóstoles “ir y bautizar” a todas las personas de todas las razas y pueblos del mundo.
Por el Bautismo, Dios nos da el DON, el regalo, de la fe, de ser hijos de Él, dándonos su mismo Espíritu, para que habite en nosotros. A partir de ese momento Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, la Santísima Trinidad, habitarán en el bautizado.
La materia que se utiliza en el Bautismo es el agua natural.
La forma son las palabras que dice el ministro: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”. Las palabras se dicen al mismo tiempo que corre el agua.
El ministro normalmente es el sacerdote. En caso de necesidad, es decir, cuando un niño o un adulto está en peligro de muerte y no hay sacerdote, puede celebrar el bautismo cualquier persona, siempre que tenga la intención de hacerlo y use la materia y la forma de la Iglesia.
Después hay que decirlo a la parroquia para que quede registrado y, en caso de que viva, para que pueda recibir la ceremonia del Bautismo solemne.
El sujeto es toda persona que no haya sido bautizada:
Adultos: se necesita tener la intención de recibir el Bautismo, que tengan fe, y que estén arrepentidos de sus pecados, además de una preparación sobre el sacramento que van a recibir.

Nota: Cuando los padres cristianos llevan un niño a bautizar, es porque quieren dar al niño algo muy importante: ser hijo adoptivo de Dios, pertenecer a la comunidad universal de la Iglesia, una vida de Fe en amistad con Jesús.
Algunas personas que no tienen fe, dicen que lo bautizaron sin pedirle permiso, pero tampoco le pidieron permiso para darle la vida, para darle una herencia, para llevarlo al colegio. Los padres siempre buscan lo mejor para sus hijos. Los hijos mayores son libres y responsables para practicar o no la religión de sus padres, pero fueron marcados por el fuego del Espíritu Santo y la marca es indeleble, para siempre, no se puede borrar. Serán buenos o malos hijos de Dios, pero siempre cristianos, hijos adoptivos.