Ave María. Ahora y en nuestra muerte. Amén.




AHORA Y EN NUESTRA MUERTE. AMÉN

El Ave María es la oración preferida por muchos cristianos, y repiten sus palabras como un grito de confianza y esperanza, y la usan como una ayuda para la meditación.

El Evangelio lo vivió la Virgen María antes de que nosotros lo conociéramos.

Las palabras de Jesús, sus parábolas, su Pasión, a veces, para nosotros, son difíciles de comprender. Pero María, una mujer sencilla, con un corazón de madre, oyó y vivió todos los momentos de alegría y dolor de la vida de su Hijo.

Toda la vida del Evangelio estás presente cuando repetimos las palabras del ángel Gabriel y de Isabel, porque este saludo es para la mujer que trajo a Jesús al mundo, educó aquel niño, vivió con Él durante años, un día vio como se marchaba de casa para anunciar la Buena Noticia del Evangelio, escuchó y meditó todo lo que Él decía. Presenció la Pasión, estuvo junto a la cruz hasta su muerte, y enterró a su Hijo. Vio la Resurrección y la Ascensión, rezó con los Apóstoles esperando la venida del Espíritu Santo, Y vio el comienzo de la Iglesia.

En toda oración levantamos en corazón a Dios o a la Virgen María, con total confianza en su amor de Madre, y en el poder de intercesión ante su Hijo, como lo demostró cuando Jesús hizo su primer milagro en las bodas de Caná, diciéndole a los sirvientes, “llevad las tinajas a Jesús”, y Él, no defraudó la confianza y el deseo de su Madre, y convirtió al agua en vino de mejor calidad.

Durante toda nuestra vida, en momen6tos diferentes, de alegría o de sufrimiento, hemos repetido esta petición: “Ruega por nosotros… en la hora de nuestra muerte.”

Pero al llegar el día en que “la hora de nuestra muerte”, será ahora mismo, la oración de la Virgen puede ayudarnos a morir bien, con un confianza total en Dios, que hacía decir a Jesús: “Padre, en tus manos pongo mi espíritu.” La muerte del cristiano, por muchos pecados que hiciera durante su vida, puede ser una afirmación de su fe y de su esperanza en que resucitará como Jesús resucitó.

Amén: Que así sea.