I DOMINGO DE CUARESMA

Esta es la homilía del día 12 de marzo de 2011 .




homilía 12-3-2011 por pastoraldelsordo

Resumen de la homilía:

Cuaresma, tiempo de conversión, de cambio de vida, de volver a Dios.

Tiempo de oración, para fortalecer la fe, la esperanza y caridad.

El miércoles de ceniza se nos dijo: “Polvo eres y en polvo te convertirás”

Tomar conciencia de que ante Dios, nosotros somos nada y Él lo es todo.

La gran batalla es la lucha contra las tentaciones del Demonio.

La primera tentación a Eva fue de incredulidad, no creer en la Palabra de Dios.

La segunda tentación fue de orgullo y soberbia: “serán como Dios.”

Nosotros queremos decidir lo que es bueno y es malo, sin pensar para nada en Dios.

Todo pecado es una desobediencia a la voluntad de Dios.

Podemos seguir nuestro gusto, o seguir por la fe el camino de Dios.

Jesús venció al Demonio en las tres tentaciones: de poder, de triunfo y de avaricia.

Unidos a Jesús, nosotros podemos también vencer las tentaciones del Demonio.

Y si caemos en pecado, vamos a pedir perdón a Dios, en el sacramento de la confesión.

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Estas son las lecturas del día 12 de marzo de 2011.

PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro del Génesis (2, 7-9; 3, 1-7)

El Señor Dios modeló al hombre del barro de la tierra, sopló en su nariz la vida y el hombre se convirtió en un ser vivo. El Señor Dios sembró un jardín en Edén y puso allí al hombre. El Señor Dios hizo brotar de la tierra muchos árboles diferentes, bellos y de buenos frutos; y también el árbol del conocimiento del bien y del mal.

La serpiente, era el más falso de todos los animales que Dios había hecho. La serpiente dijo a la mujer: ¿Por qué Dios prohibió comer los frutos de los árboles del jardín? La mujer respondió a la serpiente: Podemos comer de los frutos de todos los árboles, pero Dios prohibió comer de los frutos del árbol que está en la mitad del jardín, porque moriremos.

La serpiente dijo a la mujer: No moriréis. Dios sabe que comiendo los frutos de ese árbol serán igual que Dios en conocimiento del bien y del mal.

La mujer vio que el fruto del árbol era agradable y atrayente porque daba inteligencia. La mujer comió del fruto y le dio a su marido, que también comió. Entonces se le abrieron los ojos al hombre y a la mujer y vieron que estaban desnudos, y se taparon con hojas de un árbol.

Palabra de Dios.

R. Te alabamos, Señor

SALMO RESPONSORIAL (50, 3-4. 5-6 a. 12-13. 14 y 17)

R. Señor, misericordia, porque pecamos.

Dios mío, misericordia,

por tu gran compasión, perdona mi culpa.

Lava toda mi culpa, perdona mi pecado.

R. Señor, misericordia, porque pecamos.

Señor, yo acepto mi culpa,

siempre recuerdo mi pecado:

Contra ti yo pequé, hice el mal que tu no quieres.

R. Señor, misericordia, porque pecamos.

Señor, dame un corazón puro,

cámbiame con un espíritu fuerte,

no me apartes de ti,

no me quites tu santo espíritu.

R. Señor, misericordia, porque pecamos.

Dame la alegría de tu salvación,

y un espíritu fuerte y generoso.

Señor, me abres los labios y mi boca canta tu alabanza.

R. Señor, misericordia, porque pecamos.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos. (5, 12-19)

Hermanos: Por culpa de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y con el pecado entró la muerte, y la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron.

Si por la desobediencia de un solo hombre, todos se hicieron pecadores; por Jesucristo, todos entraron en una nueva vida porque recibieron la gracia de Dios y la santidad.

Palabra de Dios.

R. Te alabamos, Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo (4, 1-11)

En aquel tiempo, el Espíritu Santo llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo tentase. Y después de estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, Jesús tuvo hambre. Entonces se acercó el diablo y le dijo: “Si tú eres Hijo de Dios, manda que esas piedras se conviertan en pan.” Pero Jesús respondió: “La Escritura dice que el hombre no vive sólo de pan, también de toda palabra que sale de la boca de Dios.”

Después el diablo llevó a Jesús a la Ciudad Santa, lo puso en lo más alto del Templo, y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, salta de aquí hasta abajo, porque la Escritura dice: Dios mandará a sus ángeles que te cojan en sus manos para que tus pies no tropiecen en las piedras.” Jesús le dijo: “También dice la Escritura: No tentarás al Señor tu Dios.”

Después el diablo llevó a Jesús a un monte muy alto, le enseñó todos los reinos del mundo y su belleza, y le dijo: “Todo eso te lo daré si te pones de rodillas delante de mi y me adoras. Jesús le respondió: “Vete, Satanás, porque la Escritura dice: “Adorarás al Señor tu Dios, y a Él solo servirás.”

Entonces el diablo se marchó y vinieron los ángeles a servir a Jesús.

Palabra del Señor.

R. Gloria a ti, Señor Jesús.

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