Así empezó la Eucaristía




“Mientras comían, Jesús cogió pan, dio gracias a Dios, partió el pan y se lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen y coman; esto es mi cuerpo que se entregará por ustedes. Haced esto en memoria mía.” Después cogió una copa de vino y dando gracias a Dios, se la dio a sus discípulos, diciendo: “Beban todos de él, porque esta es mi sangre, la sangre de la Nueva alianza, que va a ser derramada por todos para el perdón de los pecados” (Lucas 22, 19-20)

Los creyentes iban con frecuencia a escuchar las enseñanzas de los apóstoles, a las oraciones y a la “fracción del pan.” Así llamaban a la Eucaristía o Misa. (Hechos de los apóstoles 2, 42)

Al principio se llamaba “fracción del pan” Actualmente se le llama “Eucaristía” o “Misa”.

¡Es domingo! todos se visten de fiesta, algo grande les espera, ya lo anuncian el sonar de las campanas. Ven felices y con prisas, acudiendo a la llamada, ¡Cristo invita a reunirse con la comunidad cristiana!


Así se avisaba antiguamente en mi pueblo a los creyentes en Jesús Resucitado. ¡Y todos iban deprisa a la iglesia! Pero actualmente, nos sorprenden los comentarios que hacen algunos creyentes: “Si yo voy a Misa, es para que la gente no diga nada, y eso es falsedad”;“Si voy a Misa es porque me obligan, y así es mejor no ir.”;“ no voy porque no entiendo nada de la Misa”;“el cura es un pesado...”; “lo importante es hacer el bien...”;
Para terminar siempre con la misma pregunta:

¿Para que ir a Misa?

Todo acto religioso necesita apoyarse en la fe y en Jesús resucitado. Eso es fundamental en la vida de toda persona creyente. Jesús dijo a sus discípulos en la Última Cena: “Ustedes no pueden saber el gran deseo que yo tenía de comer esta Pascua con vosotros.”

¿Por qué debemos ir a Misa los cristianos, discípulos y amigos de Jesús? Pues por eso: Para que Jesús, el amigo, vea realizado su gran deseo. ¡Y basta!

No hablar de la necesidad, de la obligación o las ganas de ir a Misa. En nuestra religión cristiana, el principio y el fin de todo es Jesús resucitado.

Él nos elige como amigos, Él llama a nuestra puerta, Él desea cenar con nosotros. Siempre Jesús y sólo Jesús es quien empieza amando, llamando y deseando el encuentro, la reunión con nosotros.

Nosotros podemos elegir, respondiendo al deseo de Jesús: “No me interesa, estar contigo”. O decir: “Aquí estoy, Señor, porque me has llamado”. “Mi gozo es estar contigo”.

¿Cómo valorar y vivir más y mejor la Misa?
He pensado explicar en varios capítulos, el significado de todo lo que vemos. Hacemos, escuchamos y oramos en cada celebración de la Eucaristía. (Misa) Pienso que así, con mayor y mejor conocimiento podemos valorar y apreciar más la Misa, sentirnos más a gusto en la celebración de la Eucaristía, y emocionarnos al escuchar las palabras que dice el sacerdote al dar la Comunión: “Felices las personas llamadas a esta cena del Señor”.