Domingo XII del Tiempo Ordinario (Ciclo B)




Resumen de la homilía

Jesús estaba con ellos en la barca. Si Dios está conmigo ¿Quién contra mí?
Ya habían visto sus milagros, su poder de curaciones ¿Por qué temen?
Jesús se levantó y mandó al mar calmarse, y todo quedó en calma.
Una vez más Jesús se manifestó con el poder de Dios sobre todas las cosas.
Jesús nos dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”
“Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estaré yo con ellos.”
Y allí estaba Jesús con sus doce discípulos. ¡Qué poca fe y confianza tienen!
Lo importante es tener fe firme y conciencia de la presencia de Jesús.
Cuando en nuestra vida todo va bien, sin problemas, ¡Qué fácil creer en Dios!
En la enfermedad y angustias, y también en la calma, Dios está presente.
Nuestra Iglesia sufre muchos ataques, pero Dios con su poder la gobierna.
Igual que la barca era azotada por el viento, pero si allí está Jesús, no se hunde.
Señor ¿No te importa que nos hundamos? Dijeron los apóstoles, asustados.
En nuestros días difíciles, en los problemas graves, decir la misma oración.
Ir siempre a Jesús, llamarle, pedirle y volverá la paz y calma a nuestro corazón.
Pedir aumento de fe y de confianza, porque nunca nos abandonará el Señor


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de Job (38, 1. 8-11)


Durante una tempestad Dios habló a Job y le dijo: “¿Quién es esa persona que habla de lo que no sabe y rechaza mis proyectos?”, “¿Quién puso puertas al mar cuando venía impetuoso, cuando yo señalé sus límites, y le dije: hasta aquí llegarás y no pasarás?”

Palabra de Dios.


R. Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 106


R. Dad gracias al Señor porque es eterna su misericordia.


Entraron en barcos por el mar,

negociando por las grandes aguas.

Vieron las obras de Dios,

sus maravillas en los mares.


R. Dad gracias al Señor porque es eterna su misericordia.

Dios habló y vino un viento fuerte,

que levantaba las olas a lo alto;

subían hasta el cielo, bajaban a lo profundo,

estaban mareados con el estómago revuelto.


R. Dad gracias al Señor porque es eterna su misericordia.

Pero angustiados gritaron al Señor,

y los sacó de la angustia.

Cambió el viento en brisa suave,

y se calmaron las olas del mar.


R. Dad gracias al Señor porque es eterna su misericordia.

Se alegraron de aquella calma,

y el Señor los guío al puerto deseado.

Den gracias al Señor por su misericordia,

por las maravillas que hace con los hombres.


R. Dad gracias al Señor porque es eterna su misericordia.



SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5, 14-17)



Hermanos: el amor de Cristo nos llama, al pensar que, si Jesús murió por todos, todos murieron con Él. Cristo murió por todos, para que las personas que viven ya no vivan para sí mismas, vivan para Cristo, el que murió y resucitó por ellos. Por eso, no valoramos a nadie con opinión humana. Si alguna vez juzgamos a Cristo como hombre, ahora lo miramos de otra forma. El que es de Cristo es una persona nueva. Lo antiguo ya ha pasado, lo nuevo ha empezado.

Palabra de Dios.


R. Te alabamos Señor.



EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos (4, 35-40)



Un día, por la tarde, Jesús dijo a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago.” Jesús subió a la barca con sus discípulos; otras barcas lo acompañaban. Empezó a soplar un viento muy fuerte, y las olas del lago llenaban de agua la barca. Jesús estaba en la popa, dormido. Los discípulos lo despertaron, diciéndole: “¡Señor, sálvanos, que nos ahogamos!” Jesús se puso de pie y les dijo: “¿Por qué tienen miedo?, ¿Dónde está vuestra fe?”. Después Jesús mandó al viento y dijo al lago: “¡Silencio, cállate!” Y todo quedó en calma. Los discípulos, asombrados, decían: “¿Quién es este hombre, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.

Palabra del Señor.


R. Gloria a ti Señor Jesús.