XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Esta es la homilía del día 4 de julio de 2009.


Resumen de la homilía:

Nuestros ojos miran al Señor, esperando su Misericordia. Todo el Evangelio nos repite que el Señor es Compasivo y Misericordioso. Un Padre que es Amor y siempre nos espera con los brazos abiertos. En su pueblo todos le recuerdan como el carpintero, el hijo de María. Cuando le oyen hablar y se enteran que cura a los enfermos, se asombran, y preguntan: ¿Dónde aprendió a hablar así y hacer esos milagros que dicen Él está haciendo? Cuando no hay fe, sólo vemos con los ojos del cuerpo. Jesús nació pobre, trabajador, para manifestar su preferencia por los pobres, los que sufren. Pero, con el profeta Isaías, dijo: “El Espíritu del Señor está en Mí, porque me ha ungido.” Nosotros tenemos la suerte de tener fe, y a ese hombre carpintero, le vemos Hijo de Dios. Jesús sufre que en su pueblo no lo acepten como el Mesías y se extraña de la falta de fe. Ahora, muchos rechazan a Jesús, otros le aceptan con una fe tradicional e interesada. Necesitamos contagiarnos del Espíritu de Jesús, de su amor, y comunicarlo a los demás.

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Estas son las lecturas del día 4 de julio de 2009.


PRIMERA LECTURA


Lectura del profeta Ezequiel (2, 2-5)

En aquellos días yo recibí el espíritu del Señor, y me dijo: “Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a un pueblo desobediente que no me obedece. Sus padres y ellos también me desobedecieron siempre. También los hijos son difíciles de tratar; yo te envío a ellos para que les digas: “El Señor Dios dice” Ellos, te escuchen o no te hagan caso, porque son un pueblo rebelde, sabrán que un profeta estuvo con ellos.”
Palabra de Dios.

R. Te alabamos Señor.


SALMO RESPONSORIAL 122

R. Nuestros ojos miran al Señor, esperando su misericordia.

Señor, yo te miro,
a ti que vives en el cielo.
Como los ojos de los esclavos
miran las manos de sus señores.

R. Nuestros ojos miran al Señor, esperando su misericordia.

Como están los ojos de la esclava
mirando las manos de sus señora,
igual están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.

R. Nuestros ojos miran al Señor, esperando su misericordia.

Señor, ten misericordia de nosotros,
porque sufrimos muchos desprecios;
nuestra alma está cansada
del desprecio de los orgullosos.

R.
Nuestros ojos miran al Señor, esperando su misericordia.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12, 7b-10)

Hermanos: Para que yo no sea soberbio. me pusieron una espina en el cuerpo: un ángel de Satanás que me golpea, para que no sea soberbio. Tres veces pedí al Señor que me libre de esos golpes; y el Señor me ha respondido: “Puedes vencer con la gracia que te doy; la fuerza se consigue en la debilidad.”
Por eso, con mucho gusto yo presumo de mis debilidades, porque así estará en mi la fuerza de Cristo.Por eso yo vivo contento sufriendo mis debilidades, de los insultos, la falta de cosas necesarias para vivir, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando yo soy débil, entonces soy fuerte.

Palabra de Dios.

R. Te alabamos Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6, 1-6)

En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos a su pueblo. El sábado, Jesús empezó a enseñar en la sinagoga; las personas que lo oía decían asombradas:
“¿De dónde saca todo eso que dice? ¿qué sabiduría es esa que le han enseñado? ¿Y esos milagros que hace? ¿El es el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿son las mismas que viven con nosotros?
Y todo lo que decía y hacía Jesús les asombraba.
Jesús les decía: “Sólo desprecian a un profeta en su tierra, donde están sus familiares y en su casa.”
Jesús no pudo hacer en su pueblo ningún milagro, pero curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba asombrado de la falta de fe de la gente. Jesús visitaba los pueblos de loa alrededores enseñando.

Palabra del Señor.

R. Gloria a ti Señor Jesús.

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