V Domingo del Tiempo Ordinario




RESUMEN HOMILÍA QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Pedro era un pescador de experiencia, pero obedeció a Jesús.
Desde hoy será pescador de hombres.
El milagro es que Pedro obedeció y así se manifestó el poder de Dios
Todos los milagros empiezan con la Fe, y entonces el Señor obra.
Si yo viese un milagro creería. ¡NO! TU FE TE HA CURADO
Pedro se asombra y dice: “Apártate de mi que soy un hombre pecador”
Pedro todavía no sabía que Jesús vino para salvar a los pecadores.
Se le apareció a San Pablo. “Qué debo hacer, Señor?
Aquí estoy, Señor, porque me has llamado.
La misión del sacerdote es cuidar las ovejas que están en el rebaño.
Y su misión también es ser preocuparse de las que todavía no vienen,
Tiene que dar testimonio con su vida y sembrar la Palabra de Dios.
El Señor sigue llamando a todos, pero respeta la libertad de aceptar o no
Debemos tener confianza en que el Señor nos llama y nos envía a una misión
Pero obrar siempre unidos a El. No tengáis miedo, yo estoy contigo.

DOMINGO QUINTO DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías.   ( 6. 1-2. 3-8)

El año de la muerte del rey Ozías,  ví al Señor sentado encima de un trono alto: la orla de su manto llenaba el templo. Y ví ángeles junto al Señor. Y gritaban unos a otros, diciendo:”¡Santo, santo, santo el Señor de los ejércitos, la Tierra está llena de su gloria!” Y temblaban las puertas al ruido de su voz, y el templo estaba lleno de humo. Yo dije: “¡Hay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que vivo en un pueblo de labios impuros, he visto al Rey y Señor de los ejércitos.”
Y vino a mi uno de los serafines, con fuego en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; lo puso en mi boca y me dijo: “Mira; esto ha tocado tus labios, ha
desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.”
Entonces, escuché la voz del Señor, que decía: “¿a quién mandaré? ¿Quién irá por mí? Contesté: “Aquí estoy, mándame.”
Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL.  137, 1-2. 2´3. 4-5. 7-8

R.-Señor, delante de tus ángeles cantaré para ti.

Señor, te doy gracias con todo el corazón;
delante de los ángeles cantaré para ti,
me arrodillaré frente a tu tempo.

R.-Señor, delante de tus ángeles cantaré para ti.

Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y fidelidad;
cuando te llamé me escuchaste, aumentaste la fortaleza de mi alma.  

R.-Señor, delante de tus ángeles cantaré para ti.

Señor, que te den gracias los reyes de la Tierra.
Al escuchar tus palabras; canten alabanzas al Señor,
porque la gloria del Señor es grande.

R.-Señor, delante de tus ángeles cantaré para ti.

Tu brazo me salva. El Señor completará sus ayudas conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones las obra de tus manos.

R.-Señor, delante de tus ángeles cantaré para ti.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.  ( 15, 3-8. 11)
                                         
Hermanos: Lo primero que yo enseñé, igual que yo lo recibí, es que Cristo murió por nuestros pecados, que fue sepultado y que resucitó al tercer día, como dicen las Escrituras; que se le apareció a Pedro y más tarde se apareció a los doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de ellos viven todavía, otros ya murieron; también se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció a mi también. Todas estas cosas las predicamos los apóstoles y yo; esto es lo que habéis creído.
Palabra de Dios.

R.-Te alabamos Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.    (5, 1-11)

En aquel tiempo, Jesús estaba junto al lago de Genesaret y mucha gente escuchaba la Palabra de Dios. Jesús vio dos barcas; los pescadores estaban lavando las redes. Jesús subió a la barca de Simón y le dijo que la separase un poco de la orilla.
Jesús, sentado en la barca enseñaba a la gente. Al terminar de hablar, dijo a Simón: “Rema mar adentro y tirad las redes para pescar.” Simón dijo a Jesús: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no cogimos nada; pero, porque tú lo dices. Echaré las redes.” Y cogieron tantos peces que las redes se rompían, Llamaron a los pescadores de la otra barca, para que les ayudaran. Vinieron y llenaron las dos barcas de peces, que casi se hundían las barcas. Al ver esto, Simón se puso de rodillas ante Jesús diciendo: “Señor, apártate de mí, que soy un pecador.” Porque estaban asombrados, al ver tantos peces; y lo mismo estaban Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Pedro.
Jesús dijo a Simón: “No tengas miedo; desde ahora serás pescador de hombres.”
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, siguieron a Jesús.
Palabra del Señor.

R.-Gloria a ti, Señor Jesús.