DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO (ciclo B)



Resumen de la homilía: 

Josué dijo a Moisés que prohibiera decir profecías a los que no eran del grupo. El apóstol Juan pidió a Jesús que prohibiera hacer milagros a los de fuera. No ser celosos al ver el bien que hacen otros que no están en nuestro grupo. Dios ama a todos y da su Espíritu al que Él quiere, cuando quiere y cómo quiere. La fe y estar en la comunidad que nosotros tenemos es un don, un regalo de Dios. Hay personas que desde pequeños son creyentes, otros creyeron ya de mayores. No rechazar a nadie, siempre con los brazos abiertos a todos, por amor a Dios. No podemos juzgar a nadie, sólo Dios conoce a todos y es el que puede juzgar. Las obras de amor y de servicio prueban que de verdad amamos a Dios. Lo que hagas a uno de esos pequeños me lo haces a Mí. El que está cerca de los hermanos y les ayuda, ese está cerca de Dios. Nosotros les invitamos a que vengan para que sean felices en amistad con Jesús. ______________

DOMINGO 26 DEL TIEMPO ORDINARIO ( B)

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Números (11, 25-29)

En aquellos días el Señor habló a Moisés y dio el espíritu que él tenía a los setenta ancianos. Los ancianos empezaron a decir profecías. Dos ancianos que se llamaban Eldad y Medad no estaban en la reunión, pero también recibieron el espíritu de Dios y empezaron a decir profecías. Un joven fue a decírselo a Moisés: Eldad y Medad están profetizando en el campamento. Josué, ayudante de Moisés, dijo: “Moisés, Señor mío, prohíbeselo.” Moisés le respondió: “¿Tú tienes celos de mí? ¡Ojalá todo el pueblo de Israel recibieran el Espíritu del Señor y dijeran profecías!
Palabra de Dios.
R.-Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 18, 8. 10. 12-13

R.- Los mandatos del Señor alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el mandamiento del Señor es fiel
y enseña al que no sabe.

R.-Los mandatos del Señor alegran el corazón.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente fija;
los Mandamientos del Señor son verdaderos
y totalmente justos.

R.-Los mandatos del Señor alegran el corazón.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus pecados?
perdóname lo que no veo.

R.-Los mandatos del Señor alegran el corazón.

Señor, defiéndeme del orgullo,
para que no me venza:
así quedaré libre
e inocente del gran pecado.

R.-Los mandatos del Señor alegran el corazón.

SEGUNDA LECTURA 

Lectura de la carta del apóstol Santiago. (5. 1-6)

Ahora, vosotros, los ricos, llorad por vuestras desgracias. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están rotos. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y les acusan ante Dios. Ustedes han amontonado riquezas cuando estábamos en los últimos tiempos. El dinero que han robado a los trabajadores del campo gritan contra vosotros; y los gritos de esos obreros han llegado a los oídos del Señor. Ustedes han vivido una vida de lujo y placeres. Han engordado y viene el día de la matanza. Han condenado al inocente y lo han matado porque el no se podía defender.
Palabra de Dios.
R.-Te alabamos Señor.

EVANGELIO 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. (9, 38-43)

En aquel tiempo el apóstol Juan dijo a Jesús: “Maestro, vimos a un hombre que expulsaba los demonios en tu nombre, y le prohibimos hacerlo, porque no es de nuestro grupo.” Jesús respondió: “No se lo prohíban, porque una persona que hace milagros en mi nombre después no puede hablar mal de mí. La persona que no está contra nosotros está con nosotros. La persona que os dé a beber un vaso de agua, porque sois mis discípulos, recibirá su premio. La persona que avergüence a uno de esos pequeños que creen en mí, sería mejor que le ataran al cuello una piedra y lo tiraran al mar. Si tu mano te hace pecar, córtatela, es mejor entrar manco en el cielo que ir con las dos manos al infierno. Si tu pie te hace pecar, córtatelo, es mejor entrar cojo en el cielo, que ir al infierno con los dos pies. Si tu ojo te hace pecar sácatelo, porque es mejor ir tuerto al cielo que ir al infierno con los dos ojos.”
Palabra del Señor.
R.-Gloria a ti, Señor Jesús.