V Domingo de Pascua




RESUMEN HOMILÍA

Carta del apóstol san Juan: “Amémonos unos a otros como Jesús nos amó.”
La persona que obedece los Mandamientos está en Dios y Dios en él.
Al joven que quería ir al cielo, Jesús le dijo: “cumple los Mandamientos.”
“Yo soy la vid y vosotros las ramas, el que está unido a mí ese da mucho fruto.”
“Separados de mí no podéis hacer nada. Se secará como la rama y lo tiran”
Poner todo esfuerzo en permanecer unidos a Jesús para tener vida en vosotros.
¿Cómo damos buenos frutos? Viviendo bien la fe y cumpliendo nuestra vocación.
La unión con Jesús empieza en nuestro bautismo, que recibimos su Espíritu.
La unión a Jesús está en los sacramentos, la oración, el Evangelio y obras de amor.
El amor a Dios y el servicio al prójimo necesitado son inseparables.
Descubrimos la verdad de la fe cuando vivimos en contacto con Jesús Resucitado.
La fe no es una emoción, una costumbre, es la experiencia de un encuentro con Cristo.
Así vamos descubriendo a un Dios amor que cada día nos convence y atrae más.

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PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (9, 26-31)

En aquellos días, fue Pablo a Jerusalén y quería reunirse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no tenían confianza de que Pablo era verdadero discípulo de Jesús.
Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.
Pablo les explicó a los apóstoles que vio a Jesús en el camino de la ciudad de Damasco, lo que Jesús le dijo, y como en la ciudad de Damasco predicó al público el nombre de Jesús. Pablo quedó con los apóstoles y obraba libremente, predicando en Jerusalén el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos que hablaban griego, y ellos acordaron matar a Pablo. Los cristianos se enteraron que los judíos pensaban matar a Pablo, le mandaron que se fuera a la ciudad de Tarso.
La Iglesia gozaba de paz en todas las ciudades de Israel. Aumentaba el número de los cristianos y progresaban en fidelidad al Señor animados por el Espíritu Santo.
Palabra de Dios.

R. Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL 117

R. Yo alabo al Señor en la gran asamblea.

Yo cumpliré mis promesas delante de sus fieles.
Los pobres comerán hasta llenarse,
alabarán al Señor las personas que lo buscan:
y vivirán eternamente.

R. Yo alabo al Señor en la gran asamblea.

Lo recordarán y vendrán con el Señor
de todos los pueblos del mundo;
se arrodillarán delante del Señor
las familias de los pueblos.

R. Yo alabo al Señor en la gran asamblea.

Yo viviré para el Señor y mis hijos le servirán,
hablarán del Señor a la futura generación,
contarán su justicia al pueblo que nacerá:
todo lo que hizo el Señor.

R. Yo alabo al Señor en la gran asamblea.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3, 18-24)
Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, amemos de verdad y con obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante el Señor, cuando nos condene nuestra conciencia, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todo.
Queridos hermanos, si nuestra conciencia está en paz, tenemos total confianza en Dios. Y todo lo que le pidamos lo recibiremos de Él, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que a Él le gusta. Y este es su mandamiento: creer en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, como Él nos amó.
La persona que obedece sus mandamientos está en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que Dios está en nosotros: por el Espíritu Santo que nos dio.
Palabra de Dios.

R. Te alabamos Señor.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan ( 15, 1-8)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. A toda rama que no da fruto mi Padre la arranca, y a la rama que da fruto la poda, para que de más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por las palabras que les hablé; permaneced en mí y yo en vosotros. Igual que la rama no puede dar fruto separada del árbol, vosotros tampoco podéis producir muchos frutos separados de mí. Yo soy la vid, vosotros las ramas; el que permanece unido a mí y yo unido a él, ese da mucho fruto; porque sin mí no podéis hacer nada.
Al que no permanece unido a mí lo tiran fuera, igual que a la rama, y se seca; después los recogen y los tiran al fuego, y se queman.
Si permanecéis unidos a mí, y mis palabras están en vosotros, podéis pedir lo que quieran, y lo recibiréis.
Con esto recibe gloria mi Padre, si dais mucho fruto; porque así seréis discípulos míos.”
Palabra del Señor.

R. Gloria a ti Señor Jesús.

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