DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO (ciclo B)
RESUMEN HOMILÍA
El pueblo de Israel esperaba un Mesías, rey poderoso, que expulsase a los romanos.
La gente, al oírle hablar y ver sus milagros, piensa que es uno de los antiguos profetas.
Jesús le pregunta a sus discípulos: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”
Cuando Pedro reconoce que Jesús es el Mesías, no comprende que tiene que sufrir y morir.
Ellos eran judíos y por tradición esperaban la venida de un Mesías triunfador.
Jesús les dice: “El que quiera venir conmigo, que cargue su cruz y me siga.”
¿Qué cruz? Los sufrimientos que produce la fidelidad a nuestra vocación.
No basta con admirar sus palabras y milagros, Hay que elegirle a Él sobre todo.
Es necesario sentirse seducidos por Jesús, atraídos por su amor y amistad.
Necesitamos tener una experiencia de encuentro con Jesús para fortalecer nuestra fe.
No basta presumir de tener fe, necesitamos manifestar esa fe en nuestra vida de cada día.
PEIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías. (50, 5-9)
El Señor me abrió el oído y yo lo acepté: puse mi espalda a los que me golpeaban, la cara a los que me tiraban de la barba; no me tapé el rostro a las burlas y a los que me escupían.
El Señor me ayuda, por eso no sufría con el daño que me hacían; yo puse la cara dura como la piedra, sabiendo que no quedaría frustrado.
Tengo cerca al que me defiende, ¿quién peleará contra mí? Presentémonos juntos.
¿Quién tiene algo contra mí? Que venga a mi lado. El Señor me ayuda ¿Quién me condenará?
Palabra de Dios.
R.-Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL. 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9.
R.-Caminaré delante del Señor.
Amo al Señor, porque escucha mi petición,
porque me ayuda cuando le pido.
R.-Caminaré delante del Señor.
Estaba cerca de la muerte, con tristeza y angustia.
Pedí ayuda al Señor: “Señor, salva mi vida.”
R.-Caminaré delante del Señor.
El Señor es bueno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor cuida a los sencillos:
cuando yo no tenía fuerzas, me salvó.
R.-Caminaré delante del Señor.
Sacó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré delante del Señor
en el país de la vida.
R.-Caminaré delante del Señor.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago.
Hermanos míos: Si una persona dice: Yo tengo fe, pero no hace buenas obras, la fe no vale.
La fe sola no puede salvar. Por ejemplo: un hermano mío tiene hambre y no tiene ropa, y una persona le dice: “Dios te ayude”; y no le da comida ni ropa, su fe no vale nada.
La fe, si no tiene obras, es una fe muerta.
Alguna persona dirá: “Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por mis obras, te probaré mi fe.”
Palabra de Dios.
R.-Te alabamos Señor.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos. (8, 27-35)
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos fueron a las aldeas de Cesarea; por el camino, Jesús preguntó a sus discípulos: “La gente, ¿quién dice que soy yo? Ellos contestaron: “Unos dicen que eres Juan Bautista; otros, que el profeta Elías, y otros, que eres uno de los profetas.”
Jesús les preguntó: “Y vosotros, ¿quién pensáis que soy yo?
Pedro dijo: “Tú eres el Mesías,” el Hijo de Dios.”
Jesús les prohibió decírselo a nadie. Y empezó a enseñarles: “El Hijo del hombre tiene que sufrir mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, muerto y resucitar a los tres días.” Se lo explicaba muy claro.
Entonces Pedro llevó a Jesús aparte y le regañó.
Jesús miró a Pedro y le dijo: “¡Apártate, Satanás!” “¡Tú piensas como los hombres, no como Dios.!”
Después Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: “La persona que quiera venir conmigo, que coja su cruz y me siga. El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.”
Palabra del Señor.
R.-Gloria a ti, Señor Jesús.