Padre nuestro. La oración del Señor por pastoraldelsordo
Terminamos el Blog con el Símbolo de nuestra fe, y, una vez con claro conocimiento de lo que creemos y por qué creemos, es necesario entrar un poco más en la relación con el Padre en quien creemos. Y lo hacemos con la oración que el mismo Jesús enseñó a sus apóstoles, y éstos enseñaron por todo el mundo, cuando salieron a cumplir el mandato de Jesús: “Vayan por todo el mundo y enseñan a todas las personas, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”
La oración es comunicación con el Dios a quien amamos, respetamos y obedecemos. Un Dios que, para nosotros los cristianos, discípulos de Cristo, no es simplemente el Ser Superior, Creador de todas las cosas; es un Padre que nos ama, cuida y guía a todos sus hijos espirituales, para que al fin de sus vidas puedan gozar eternamente con Él, como Padre, en el cielo.
Un día, uno de los discípulos, viendo orar a Jesús, le pidió:”Maestro, enséñanos a orar”. Jesús les dijo: “Cuando quieran orar, comunicarse con mi Padre, digan:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
El Padre nuestro es “el resumen de todo el Evangelio”; “es la más perfecta de todas las oraciones”, como nos dice Santo Tomás de Aquino, y resume en forma de oración el contenido esencial del Evangelio. El Padre nuestro se llama “Oración dominical”, “la oración del Señor”, porque el mismo Jesús, nuestro Señor, la enseñó a sus discípulos.
Cuando recibimos el sacramento del Bautismo nos “entregan” el Padre nuestro, para manifestar el nuevo nacimiento a la vida divina de los hijos de Dios. Ya somos hijos adoptivos de Dios, y con seguridad podemos llamarle Padre.