Esta es la homilía del día 24 de febrero de 2008 .
Ahora también con Audio
Resumen de la homilía:
Los judíos en el desierto tuvieron sed y Dios les dio agua de la roca. Nosotros tenemos sed, deseos de felicidad y la encontramos en la unión con Dios. Jesús tiene sed de almas, deseos de salvarnos a todos. La samaritana era una oveja perdida y Jesús se acercó a salvarla. Ella aceptó a Jesús y se convirtió en apóstol para los vecinos de su pueblo. ¿Nosotros tenemos vergüenza de hablar de Jesús a los hermanos sordos? Todo lo que recibimos del Señor, lo primero la fe, debemos compartirla. Jesús vino a salvar a todos, no le importa que sea mujer o sea samaritana. El Agua Viva, es Dios, la Gracia de Dios, el don del Espíritu Santo.Bebiendo de esa agua si seremos totalmente felices.
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Estas son las lecturas del día 24 de febrero de 2008 .
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Éxodo ( 17, 3-7 )
En aquellos días, los israelitas, sufriendo por la sed, murmuraban contra Moisés: “¿Por qué nos sacaste de Egipto? ¿Para morir de sed con nuestros hijos y nuestros animales?”
Entonces Moisés llamó a Dios y le dijo: ¿Qué puedo hacer yo con esta gente? Falta poco para que me tiren piedras. El Señor Dios respondió a Moisés: “Preséntate al pueblo, lleva contigo algunos jefes de Israel, lleva también en tu mano el bastón con el que golpeaste al río Nilo. Yo estaré allí delante de ti encima de la roca. Tú golpea la roca y saldrá agua para que beba la gente.” Moisés hizo lo que dijo el Señor, en presencia de los jefes de Israel. Aquel lugar se llamó Masá y Meribá, por las protestas de los israelitas que allí dudaron del Señor, diciendo: “¿Está el Señor aquí con nosotros o no está?”.
En aquellos días, los israelitas, sufriendo por la sed, murmuraban contra Moisés: “¿Por qué nos sacaste de Egipto? ¿Para morir de sed con nuestros hijos y nuestros animales?”
Entonces Moisés llamó a Dios y le dijo: ¿Qué puedo hacer yo con esta gente? Falta poco para que me tiren piedras. El Señor Dios respondió a Moisés: “Preséntate al pueblo, lleva contigo algunos jefes de Israel, lleva también en tu mano el bastón con el que golpeaste al río Nilo. Yo estaré allí delante de ti encima de la roca. Tú golpea la roca y saldrá agua para que beba la gente.” Moisés hizo lo que dijo el Señor, en presencia de los jefes de Israel. Aquel lugar se llamó Masá y Meribá, por las protestas de los israelitas que allí dudaron del Señor, diciendo: “¿Está el Señor aquí con nosotros o no está?”.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL 94
R. Escuchad hoy la voz del Señor: “No cierren el corazón.”
Vengan, aplaudir al Señor,
alabemos al Señor que nos salva;
vamos al Señor dándole gracias:
aclamándole con cantos.
alabemos al Señor que nos salva;
vamos al Señor dándole gracias:
aclamándole con cantos.
R. Escuchad hoy la voz del Señor: “No cierren el corazón.”
Entrar, agacharse en la tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque el es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
las ovejas que el guía.
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque el es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
las ovejas que el guía.
R. Escuchad hoy la voz del Señor: “No cierren el corazón.”
Ojalá escuchen hoy su voz:
“No cierren el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
allí vuestros padres me pidieron una prueba
y dudaron , aunque ya habían visto mis obras.”
R. Escuchad hoy la voz del Señor: “No cierren el corazón.”
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Romanos ( 5, 1-2. 5-8 )
Hermanos: Por vuestra fe recibimos el perdón y estamos en paz con Dios, gracias a nuestro Señor Jesucristo. Gracias a nuestro Señor conseguimos por la fe esta gracia en que estamos y nos alegramos con la esperanza de llegar a la gloria de Dios.
Y la esperanza no falla, porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que nos dieron.Cuando nosotros estábamos sin fuerza, Cristo murió por nosotros que estábamos separados de Dios. Es difícil encontrar una persona que quiera morir por una persona buena; pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros que éramos pecadores.
Y la esperanza no falla, porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que nos dieron.Cuando nosotros estábamos sin fuerza, Cristo murió por nosotros que estábamos separados de Dios. Es difícil encontrar una persona que quiera morir por una persona buena; pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros que éramos pecadores.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.
R. Te alabamos Señor.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo ( 4, 5-42 )
En aquel tiempo, Jesús fue a un pueblo de Samaria llamado Sicar, en donde estaba el pozo de Jacob, y como estaba cansado se sentó junto al pozo. Era cerca de mediodía.
Una mujer de Samaria vino a sacar agua del pozo. Jesús dijo a la mujer:
“Dame agua.”
(Los discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida).
La mujer dijo a Jesús:
“¿Cómo tú que eres judío me pides agua a mí que soy samaritana?”
(Los judíos no se relacionaban con los samaritanos.)
Jesús le respondió:
“Si tú conocieras el don de Dios y quién soy yo que te pide agua, tú misma me pedirías a mí agua, y yo te daría agua viva.”
La mujer dijo a Jesús:
“Señor, tú no tienes cubo para sacar el agua y el pozo es muy profundo. ¿De dónde sacarías el agua viva? Jacob, nuestro antepasado, nos dió este pozo donde bebió él, sus hijos y sus ovejas. ¿Tú eres más importante que nuestro padre Jacob?”
Jesús dijo a la mujer:
“Todas las personas que beban de esta agua tendrán sed otra vez; pero la persona que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed. El agua que yo le daré, será dentro de él, como una fuente que salta hasta la vida eterna.”
La mujer respondió:
“Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no necesite venir al pozo a sacarla. Veo que tú eres un profeta, Nuestros padres adoraron a Dios en este monte, y ustedes los judíos, dicen que hay que adorar a Dios en Jerusalén.”
Jesús le dice:
“Mujer, cree lo que te digo: está cerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque estos son los adoradores que el Padre quiere. Dios es espíritu, y las personas deben adorarle en espíritu y en verdad.”
La mujer le dice:
“Yo sé que vendrá el Mesías, el llamado Cristo. Cuando Él venga nos explicará todas las cosas.”
Jesús le dice:
“Yo soy el Mesías, el que está hablando contigo.”
En aquel pueblo muchos creyeron en Jesús. Cuando vinieron a verlo los samaritanos, le pedían que se quedase con ellos. Y Jesús se quedó allí dos días. Y fueron muchas personas las que creyeron por lo que Jesús les dijo.
Y decían a la mujer:
“Ya no creemos en Jesús por lo que tú nos dijiste; creemos porque le oímos hablar y sabemos que él es el Salvador del mundo.”
En aquel tiempo, Jesús fue a un pueblo de Samaria llamado Sicar, en donde estaba el pozo de Jacob, y como estaba cansado se sentó junto al pozo. Era cerca de mediodía.
Una mujer de Samaria vino a sacar agua del pozo. Jesús dijo a la mujer:
“Dame agua.”
(Los discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida).
La mujer dijo a Jesús:
“¿Cómo tú que eres judío me pides agua a mí que soy samaritana?”
(Los judíos no se relacionaban con los samaritanos.)
Jesús le respondió:
“Si tú conocieras el don de Dios y quién soy yo que te pide agua, tú misma me pedirías a mí agua, y yo te daría agua viva.”
La mujer dijo a Jesús:
“Señor, tú no tienes cubo para sacar el agua y el pozo es muy profundo. ¿De dónde sacarías el agua viva? Jacob, nuestro antepasado, nos dió este pozo donde bebió él, sus hijos y sus ovejas. ¿Tú eres más importante que nuestro padre Jacob?”
Jesús dijo a la mujer:
“Todas las personas que beban de esta agua tendrán sed otra vez; pero la persona que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed. El agua que yo le daré, será dentro de él, como una fuente que salta hasta la vida eterna.”
La mujer respondió:
“Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no necesite venir al pozo a sacarla. Veo que tú eres un profeta, Nuestros padres adoraron a Dios en este monte, y ustedes los judíos, dicen que hay que adorar a Dios en Jerusalén.”
Jesús le dice:
“Mujer, cree lo que te digo: está cerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque estos son los adoradores que el Padre quiere. Dios es espíritu, y las personas deben adorarle en espíritu y en verdad.”
La mujer le dice:
“Yo sé que vendrá el Mesías, el llamado Cristo. Cuando Él venga nos explicará todas las cosas.”
Jesús le dice:
“Yo soy el Mesías, el que está hablando contigo.”
En aquel pueblo muchos creyeron en Jesús. Cuando vinieron a verlo los samaritanos, le pedían que se quedase con ellos. Y Jesús se quedó allí dos días. Y fueron muchas personas las que creyeron por lo que Jesús les dijo.
Y decían a la mujer:
“Ya no creemos en Jesús por lo que tú nos dijiste; creemos porque le oímos hablar y sabemos que él es el Salvador del mundo.”
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti Señor Jesús.
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