XXX Domingo del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del domingo 28 de octubre de 2007 .




Resumen de la homilía:

El primer paso en la oración es pedir conciencia de la presencia del Señor, para tratarle con confianza sabiendo que está allí, con nosotros. Dos hombre fueron al templo a orar, uno era religioso, cumplidor de la ley, pero, orgulloso, se alababa a sí mismo, hablaba de lo el hacia, y despreciaba y hablaba mal de las demás personas. El orgullo y la falta de caridad no agradan a Dios. El otro hombre era un trabajador que sabía era débil, pecador y, con confianza le pedía a Dios le perdonase, le acogiese en su misericordia. Era un hombre humilde, y eso agrada a Dios.Si somos buenos cristianos debemos aceptar nuestros fallos. Sólo Dios es perfecto, el publicano se fue a su casa perdonado y al fariseo no se le perdonó. Jesús dice: el que se alaba y cree ser superior a los demás será humillado, y el humilde, será alabado.
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Estas son las lecturas del domingo 28 de octubre de 2007 .
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico (35, 12-14.16-18)

El Señor es un Dios justo y neutral. Ayuda al pobre y escucha la oración de la mujer viuda y del niño huérfano. Dios se compadece de los sufrimientos de las personas.Los gritos del pobre llegan al corazón de Dios, y Dios, que es un juez bueno, les ayuda.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 33

R. Si la persona afligida llama al Señor, Él lo escucha.

Yo amo siempre al Señor Dios,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se alegra en el Señor:
que los humildes escuchen y se alegren.

R. Si la persona afligida llama al Señor, Él lo escucha.

El Señor se enfrenta a los malos,
para borrar de la tierra su recuerdo.
Cuando una persona grita, el Señor lo escucha
y lo salva de sus angustias.

R. Si la persona afligida llama al Señor, Él lo escucha.

El Señor está con las personas tristes,
salva a los deprimidos.
El Señor cuida a sus siervos,
no será castigado el que le pide ayuda.

R. Si la persona afligida llama al Señor, Él lo escucha.


SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo (4, 6-8.16-18)

Querido hermano: Para mi ya llegó la hora del sacrificio y está cerca el día de mi muerte. He realizado bien mi trabajo, y he sido siempre fiel a la fe. Ahora me darán la corona de los santos, que me dará el Señor, juez bueno, y también premiará a todos los que desearon su venida gloriosa. La primera vez que me defendí todos me abandonaron, y nadie me ayudó. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar completo el mensaje de salvación, para que lo oyeran todas las personas. El Señor me libró de todo mal y me salvará, llevándome a su reino del cielo. A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén

Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas (18, 9-14)
En aquel tiempo, para algunas personas que pensaban que ellos eran los más buenos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:
Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era fariseo,(1) el otro publicano (2). El fariseo, de pie, orgulloso, oraba así en su corazón:
“¡Oh Dios! yo te doy gracias, porque yo no soy igual que los otros hombres: ladrones, criminales, adúlteros (3): y no soy igual que ese publicano. Yo ayuno dos veces a la semana y siempre pago el diez por ciento de todo las cosas que tengo.”
El publicano , se quedó atrás, al final del templo, y le daba vergüenza levantar los ojos al cielo; se daba golpes en el pecho, diciendo: ¡Oh Dios! ten misericordia (4) de mi, que soy un hombre pecador.
Y Jesús dijo: Yo les digo que el publicano se fue a su casa perdonado, y el fariseo no fue perdonado.
Porque la persona orgullosa que piensa es superior a los demás, será humillada, y el humilde será alabado.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti Señor Jesús.
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1.- Eran personas que presumían de cumplir la ley y ser religiosos, pero eran falsos y robaban a las personas pobres y sin cultura.
2.-Personas que trabajaban cobrando impuestos y los llamaban pecadores.
3.-Hombres casados que tenían relación sexual con otras mujeres.
4.-Compasión, lástima, amor y perdón de Dios.

Reunirnos en Familia



Reunirnos en familia: La Misa es principalmente reunión de la familia de los hijos de Dios, para celebrar los misterios del Señor, y alimentarnos con el pan de su Palabra y de su Cuerpo.
Reunirnos para formar una comunidad que ora es difícil. Tengo que unir mi fe, mis intenciones, mis gustos, mis palabras y mis silencios, mi sentarme y levantarme unido espiritualmente con toda la comunidad, así podemos orar en familia, en asamblea, en comunidad diciendo: “te alabamos...,te bendecimos...,te adoramos...,te damos gracias Señor, Dios del universo”. Sólo así podemos rezar de verdad el “Padre...¡nuestro!”

Esta forma de reunirse es una gracia, un don de Dios. ¡No es fácil conseguir esta unión de corazones!
Obramos de un forma particular, independiente, cada uno va a lo suyo. Pero debe animarnos el saber que es el Señor quien nos llama y reúne, y por eso debemos tener confianza en que Él nos dará la gracia para poder unir nuestros corazones.
Lo primero que debemos hacer, al reunirnos físicamente ante el altar, es sentir la presencia del Señor entre nosotros, que Él está con nosotros, en nuestra comunidad, pues nos prometió: “Donde dos o más personas se reúnen en mi nombre, allí estaré yo con ellos” ( Mt 18, 20).
No olvidemos que El Señor se hace presente en estas formas:
Primero, en la misma asamblea que es la mejor imagen de su Iglesia.
Segundo, en la persona del sacerdote, que obra y habla en nombre del Señor.
Tercero, Cristo se hace presente en la Palabra, que escuchamos en silencio y con gran respeto.
Cuarto, el Señor Jesús se hace presente, sobre todo, en el Pan y el Vino de la Eucaristía.

Hay que saber reunirse: Primero, que esta es la forma de orar que más agrada al Señor, orar en comunidad.
Formamos comunidad cuando llegamos puntualmente a la iglesia, antes de que el sacerdote esté en el altar.
Cuando nos ponemos cerca del altar y lo más unidos unos con otros.
Cuando acogemos bien a la persona que está a nuestro lado, (con una sonrisa, una palabra amable), porque es un hermano con quien compartimos nuestra misma fe.
Cuando respondemos al sacerdote todos juntos, al sentarnos, levantarnos al mismo tiempo, y especialmente cuando nos damos la paz.
Cuando aceptamos a participar leyendo, pasando la bandeja u otra cosa si nos invita el sacerdote.

Saber callar y Sabe hablar: Silencio porque es muy importante escuchar al Señor, porque el Señor nos habla al corazón y debemos estar atentos.
Silencio para recogerse dentro de si mismo y dolerse de los propios pecados.
Silencio para pensar en lo que nos dijeron las lecturas de la Palabra de Dios.
Silencio viendo la procesión de las ofrendas.
Silencio después de la Comunión, tomando conciencia de que el Señor ha venido a nosotros.
Un sacerdote africano me dijo en una reunión internacional: “La mejor forma para comunicarse con Dios es en el silencio, por eso, como los sordos viven en silencio, los sordos deben ser los que mejor se comunican con Dios” Deben ser, pero ¿Lo son? Hay que querer serlo y por eso debemos aprovechar, especialmente en la Misa, la ventaja de tener ese silencio, y dar gracias al Señor por nuestro silencio.

XXIX Domingo del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del domingo 21 de octubre de 2007.


Resumen de la homilía:

Debemos ser fieles a nuestra fe para ir al cielo. Por la fe en Jesús nos salvamos. Hay muchos peligros contra nuestra fe. Necesitamos orar mucho y con frecuencia. Si no oramos se debilita o se pierde la fe. Orar es tratar de amistad con quién me ama. Orar es hablar a Dios y escucharle. Dios no habla al oído, habla al corazón. Dios siempre escucha, porque es Padre bueno. Debemos ser misioneros con nuestras palabras y obras buenas. Orar por los demás es amor fraterno.
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Estas son las lecturas del domingo 21 de octubre de 2007.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo (3, 14-4,2)
Querido hermano:
Permanece fiel en las cosas que te enseñé y aprendiste. Sabiendo quién te lo enseñó. Tú desde que eras niño conoces bien la sagrada Escritura. El conocimiento de la Palabra de Dios puede darte la sabiduría, y por la fe en Jesucristo conseguirás la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios, vale para enseñar, aconsejar, educar en el bien; así el hombre fiel a Dios está preparado para hacer buenas obras. Te pido delante de Dios y de Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos, que prediques la Palabra de Dios siempre y en todas partes, con claridad y paciencia, con deseo de enseñar.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 120

R. La salvación viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.

Yo miro el cielo y pienso:
¿De dónde me vendrá la ayuda?
La salvación me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

R. La salvación viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.

El Señor no permitirá que te caigas,
tu ángel te guarda,
no duerme ni descansa
el guardián de Israel.

R. La salvación viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.

El Señor te defiende de todo mal,
está a tu lado;
de día el sol no te hará daño,
no la luna por la noche.

R. La salvación viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.


El Señor te defiende de todo mal,
Él cuida tu alma;
el Señor cuida todos tus pasos,
ahora y siempre.

R. La salvación viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.


EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas (18, 1-8)
Jesús les dijo a los apóstoles este ejemplo de la necesidad de orar siempre, y no desanimarse:
En una ciudad había un juez que no tenía miedo a Dios y no le importaban los demás. En esa misma ciudad había una mujer viuda que visitó al juez y le dijo: Ayúdeme y haga justicia contra mi enemigo. (1)
El juez durante mucho tiempo no le hizo caso a la viuda. Pero un día pensó: Yo no tengo miedo a Dios ni hago caso de nadie, pero esa mujer viuda me molesta tanto que le ayudaré y haré justicia; para que no venga y me rompa la cabeza. (2)
Y el Señor dijo: ¿Han visto lo que dijo el Juez malo? Entonces Dios, seguro que ayudará a sus elegidos, que siguen pidiéndole muchas veces, por el día y por la noche, si Él tarda en ayudarles.
Les aseguro que Dios sí les escuchará y ayudará pronto.
Pero, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe en el mundo? (3)
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti Señor Jesús.
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1.- La mujer viuda pedía que el juez la defendiese de su enemigo.
2.- Me pegue, me haga daño.
3.- Cuando venga Jesús al final de los tiempos, el mal se habrá extendido tanto que muchos perderán la fe.

Lugares, ornamentos y objetos

1º Lugares:

El Altar: Es como una mesa, la mesa donde vamos a celebrar este Banquete miserioso. Está puesto en el centro del presbiterio, donde se sitúan los presbíteros, que así se llaman los sacerdotes.
El Altar es símbolo de Cristo, sacerdote que ofrece el sacrificio de la Misa, y Víctima porque el mismo se ofrece al Padre en este sacrificio, sin derramar sangre (incruento). Por eso, con gran respeto, el altar lo besan los sacerdotes al empezar y al terminar la Misa.
Encima del altar sólo debe ponerse los vasos sagrados, con el pan y el vino para la Eucaristía.

El Ambón: Si el altar es la “Mesa de la Eucaristía”, el Ambón es “Lugar de la Palabra de Dios”. Cuando se anuncia la Palabra de Dios o se explica, debemos mirar a la persona que está leyendo la Palabra de Dios o explicándola y no estar distraídos mirando otras cosas.
El Ambón es el lugar donde sólo se puede poner el Leccionario y el Libro de los Evangelios. Algunas veces se usa un atril para poner los Libros porque no hay Ambón.

La Sede: Es el lugar donde se sienta el sacerdote que preside la Misa. Ese sacerdote representa a Cristo, porque es el mismo Jesucristo el que preside la Asamblea cristiana que está celebrando la Misa o Eucaristía. Por eso debe ser un asiento más importante que los demás asientos.
La Sede es una sola, porque uno solo es el Señor que preside la celebración de la Misa. Es el lugar donde está la persona que enseña, que tiene la mayor categoría. Por eso las primeras comunidades cristianas representaban siempre a Cristo sentado.
Desde la Sede, el que preside debe empezar la Eucaristía, escuchar las lecturas de la Palabra de Dios, puede predicar la homilía y decir el Credo con todos los fieles.

2º Los Ornamentos:

En la celebración de la Eucaristía el sacerdote representa a Jesucristo, por eso su forma de actuar y de vestir debe recordarnos al Señor Jesús:

El Alba: es una túnica o vestido blanco que le llega hasta los zapatos y que recuerda el vestido del bautismo.

La Estola: Es una tela o cinta larga que se pone encima de los hombros y que es el símbolo del sacerdote.

La Casulla: es un manto más pequeño que el Alba que se pone por los hombros hasta más abajo de la cintura, y tiene el mismo color que la estola.

3º Los Colores:

El blanco recuerda la luz, la gloria, el triunfo y la alegría. Se usa en Navidad, Pascua de Resurrección y en la fiesta de algunos santos y de la Virgen María.

El rojo es el color del amor y de la sangre. Se usa el domingo de Ramos, Viernes Santo, Pentecostés y en las fiestas de los mártires.

El verde es el color de la esperanza. Se usa en el tiempo ordinario, durante muchos días del año.

El morado es color de penitencia, de conversión y de dolor. Se usa en tiempo de Adviento y Cuaresma y Misas de difuntos.

El azul se usa en España en la fiesta de la Inmaculada Concepción.

4º Objetos:

La Patena y el Copón se usan para poner las hostias antes y después de la Consagración, cuando se convierten en el Cuerpo de Cristo.

El Cáliz es una copa de un material valioso, que contiene el vino para convertirlo en la Sangre de Cristo.

XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del domingo 14 de octubre de 2007.




Resumen de la homilía:

Todo bien viene de Dios, gratis, es una gracia. Los milagros los hace Dios, y Jesús es Dios. Jesús da a los apóstoles el poder de curar. Jesús acogía a todas las personas. Era el hombre de los demás. Siempre con una misión de Servicio, y curaba de muchas formas. Respetaba las leyes, por eso envió a los leprosos a los sacerdotes. En nuestra relación con Dios darle gracias es una forma de fe y amor. Los nueve se olvidaron del bien recibido y sólo cumplieron con la ley. Un extranjero regresó para adorar y agradecer a Dios en Jesús, el bien recibido. Cada día debemos dar gracias a Dios por todas las cosas buenas que nos da.
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Estas son las lecturas del domingo 14 de octubre de 2007.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo (2, 8-13)
Querido hermano:
Acuérdate de Jesucristo, el Señor, resucitado después de morir, descendiente del rey David. Yo estoy preso y sufriendo por predicar las enseñanzas de Jesús, pero la Palabra de Dios es libre. Por eso yo tengo paciencia y sufro para que los cristianos puedan salvarse, gracias al sacrificio de Jesucristo. Es una enseñanza segura: si morimos unidos a Jesús, viviremos siempre con Él; si perseveramos fieles a la fe, viviremos con Jesús en el cielo. Si no somos fieles, Jesús permanece siempre fiel.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 97

R. El Señor manifiesta a todos su salvación

Cantad al Señor una canción nueva,
porque hizo obras maravillosas:
con su mano consiguió la victoria,
su santo brazo.

R. El Señor manifiesta a todos su salvación

El Señor da a conocer su victoria,
manifiesta a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y fidelidad
en ayuda de su pueblo Israel.

R. El Señor manifiesta a todos su salvación

Todos los pueblos del mundo
vieron la victoria de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, todas las personas,
Gritad, alabad, cantad al Señor.

R. El Señor manifiesta a todos su salvación

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17, 11-19)
En aquel tiempo Jesús iba a Jerusalén y pasó cerca de Samaria y Galilea. Cuando Jesús entró en un pueblo, vinieron diez leprosos (1) al encuentro de Jesús. Se pararon lejos (2) y, 1gritando, dijeron: “Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros”.
Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. (3)
Cuando los leprosos iban al templo para ver a los sacerdotes, ya estaban curados.
Uno de los leprosos, al ver que estaba curado, volvió rápido a buscar a Jesús, alabando a Dios con voz fuerte. Se puso de rodillas a los pies de Jesús, y le daba gracias.
Ese leproso no era judío, era samaritano. (4)
Jesús preguntó: Eran diez leprosos los que se curaron. ¿dónde están los otros nueve? El único que ha venido a dar gracias a Dios es este extranjero.Y Jesús dijo al hombre: “Levántate y vete a tu casa: tu fe te ha curado”.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti Señor Jesús.
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1. La lepra es una enfermedad grave y contagiosa, pero actualmente se puede curar.
2. Estaba prohibido que los leprosos se acercasen las personas, y vivían lejos, en cuevas.
3. La ley mandaba que si se curaba un leproso, el sacerdote le firmase un certificado para poder vivir con todas las personas sanas.
4. Los samaritanos no se relacionaban con los judíos, y se les miraba como extranjeros.

Diferentes Ministerios


Antes de empezar la Misa queremos presentar a todos los que participamos en ella:
Hasta que se celebró el Concilio Vaticano II, (del año 1962 al 65) al sacerdote se le llamaba “celebrante” y a las personas que venían a la Misa se les llamaba “asistentes”. Después que el Concilio Vaticano II reformó la Liturgia de la Misa, se llama “celebrantes” a todas las personas que participan de la Misa, pero hay diferentes ministerios o responsabilidades, que explicaremos:

El “sacerdote” representa a Jesucristo. Preside la celebración y hace lo que le pertenece solamente a él, como sacerdote..

El “diácono” Si en la Misa hay un diácono, su misión es leer el Evangelio.

El “monitor” es la persona que da unas pequeñas explicaciones antes de cada parte de la Misa, y puede dirigir el canto.

Los “lectores” leen la Palabra de Dios a toda la asamblea reunida en el templo.

El “salmista”, es el encargado de leer o cantar el Salmo responsorial, (que tiene respuestas) que se lee después de la primera Lectura de la Palabra de Dios.

Los “acólitos”, que también llamamos “monaguillos”, que acostumbran ser niños que ayudan al sacerdote en cosas de la Misa: acercar las ofrendas, tocar la campanilla, etc.

Los “portadores de las ofrendas”, son personas que traen las ofrendas (el pan y el vino) y las entregan al sacerdote.

Las “colectas”, una o más personas que van por los bancos recogiendo el dinero que dan las personas asistentes a la Misa.

Los “fieles”, es el nombre que recibimos todos los bautizados que vamos a la Misa y participamos, respondiendo al sacerdote, orando, dando la paz, y comulgando.

No es como en un teatro que los artistas son actores y las personas que están mirando espectadores. En la Misa todos somos actores, pero cada uno tiene su misión. No podemos decir: el sacerdote celebra la Misa y nosotros miramos. No es así, todos participamos en la celebración de la Eucaristía.

XXVII Domingo del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del domingo 7 de octubre de 2007 .




Resumen de la homilía:

La fe es el mejor regalo de Dios. En nuestra oración diaria pedir: Señor, aumenta mi fe. No una fe tradicional, familiar, como costumbres religiosas heredadas. Una fe personal, de experiencia de encuentro con el Señor, que me ayudó, me salvó. Vivir de ser: Soy cristiano, orgulloso de ser hijo de Dios. Dar testimonio sin avergonzarnos. La fe se fortalece con la oración y la comunión: Dios viene a nosotros. Tener vida interior. No basta creer en Dios, hay que vivir la fe, porque la fe es un compromiso con Jesús. Dios nos da todo gratis, por Amor, y nuestras obras son una correspondencia a su amor. No podemos presentar cuentas a Dios. Darle gracias por su amor y su perdón.
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Estas son las lecturas del domingo 7 de octubre de 2007 .
PRIMERA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo (1, 6-8.13-14)
Querido hermano:
Aumenta la gracia de Dios que recibiste cuando yo te impuse las manos; porque Dios nos dio un espíritu de fortaleza, de amor y bien obrar. No tengas vergüenza de dar testimonio de nuestro Señor Jesús y de mí, porque estoy preso. Colabora en los trabajos del Evangelio, con la fuerza que Dios te de. Recuerda las enseñanzas que yo te di y vive con fe y amor cristiano.Guarda el gran don de la fe con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 94

R. Escuchen hoy la voz del Señor:
“No cierren vuestros corazones”

Vengan, alabemos al Señor,
cantemos al Señor que nos salva.
Vamos dando gracias al Señor,
aclamándole con música.

R. Escuchen hoy la voz del Señor:
“No cierren vuestros corazones”

Entrar y adoremos de rodillas,
bendiciendo al Señor, nuestro creador.
Porque Él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,las ovejas que Él guía.

R. Escuchen hoy la voz del Señor:
“No cierren vuestros corazones”

Ustedes pueden escuchar hoy su voz:
No cierren el corazón como en Meribá,
o en el desierto, el día de Masá;
cuando vuestros padres me desobedecieron
aunque vieron mis obras.

R. Escuchen hoy la voz del Señor:
“No cierren vuestros corazones”


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas (17, 5-10)
En aquel tiempo los apóstoles pidieron a Jesús: “Señor, aumenta nuestra fe!”
El Señor les contestó: Si ustedes tuvieran una fe igual que un grano de mostaza, le dirían a ese a ese árbol: “Arráncate y plántate en el mar, y el árbol obedecerá.”
Si un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor, cuando viene del trabajo, ¿ustedes le dicen: siéntate a la mesa a comer?
Le dirán al criado: “Prepárame la comida y sírveme la cena, para que yo coma y beba, y después comerás tú”.¿Ustedes tienen que dar gracias al criado porque hizo lo que le mandaron hacer? Ustedes hagan igual- Después del trabajo, digan: Somos unos pobres servidores, nosotros hicimos las cosas que debíamos hacer.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti Señor Jesús.

Se reúne la Comunidad


Empecemos por “sentirnos invitados” a una comida importante, o a un banquete. Todos tenemos experiencia desde que éramos niños de la alegría que teníamos cuando nos invitaban a comer en casa de unos familiares queridos o buenos amigos.

Por eso, si de verdad queremos vivir nuestras celebraciones de la Misa, empecemos por “sentirnos invitados”, por creer que es Dios mismo quien nos invita a ese banquete. Otra alegría es saber que a ese banquete también están invitados nuestros hermanos en la fe, miembros de la Iglesia universal, que pertenecen a nuestra comunidad cristiana. Invitados a una comida familiar: los judíos celebraban todos los años la Cena de la Pascua judía, recordando la salida de Egipto, guiados por Moisés.

Jesús, que era judío, celebra dentro de esta Cena de Pascua la Primera celebración de la Eucaristía, como lo cuentan los evangelistas y escribe san Pablo.

“Yo recibí del Señor lo que les enseño a ustedes: Que el Señor Jesús, la noche que le llevaron preso, cogió pan, y después de dar gracias al Padre lo partió y dijo: “estro es mi cuerpo que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. Lo mismo después de cenar, cogió la copa y dijo: “Esta copa es la Nueva Alianza con mi sangre. Siempre que beban de esta copa, háganlo acordándose de mí”.

La Misa y el banquete familiar empiezan por un momento de acogida. Lo que hace la familia a las personas que vienen de fuera. Y en la Misa se hace por el saludo del sacerdote que en nombre de Dios acoge a sus fieles: “El Señor esté con ustedes”.

Después de la comida, la familia y amigos hablan y se comunican noticias, novedades, recuerdos de su vida pasada. En la Misa se hace algo parecido con la Liturgia de la Palabra. Dios mismo habla a la comunidad cristiana, que está reunida en la iglesia, con palabras del Antiguo Testamento, Después el sacerdote las explica y aclara en la homilía, para que los fieles lo comprendan bien y lo practiquen en su vida de cada día.

Después de hablar, la familia invita a sentarse a la mesa a comer. Lo mismo que la Iglesia nos invita a la Liturgia de la Eucaristía, que tiene tres momentos importantes pero distintos: del ofrecimiento del pan y del vino, en el Ofertorio; el de la Consagración, que se realiza el cambio del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesús, y el momento de la Comunión, que nos unimos al Señor en la comida de su Cuerpo y Sangre.

Después de invitarnos a una buena comida debemos dar gracias a la familia. En la Misa es el momento de la despedida; entonces con una oración damos gracias al Señor por invitarnos a la Cena eucarística, y es la Conclusión de la Misa, en que el sacerdote nos despide con estas palabras: Pueden ir en paz. Se acabó la Misa.

XXVII Domingo del Tiempo Ordinario

Esta es la homilía del domingo 7 de octubre de 2007 .




Resumen de la homilía:

La fe es el mejor regalo de Dios. En nuestra oración diaria pedir: Señor, aumenta mi fe. No una fe tradicional, familiar, como costumbres religiosas heredadas. Una fe personal, de experiencia de encuentro con el Señor, que me ayudó, me salvó. Vivir de ser: Soy cristiano, orgulloso de ser hijo de Dios. Dar testimonio sin avergonzarnos. La fe se fortalece con la oración y la comunión: Dios viene a nosotros. Tener vida interior. No basta creer en Dios, hay que vivir la fe, porque la fe es un compromiso con Jesús. Dios nos da todo gratis, por Amor, y nuestras obras son una correspondencia a su amor. No podemos presentar cuentas a Dios. Darle gracias por su amor y su perdón.
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Estas son las lecturas del domingo 7 de octubre de 2007 .
PRIMERA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo (1, 6-8.13-14)
Querido hermano:
Aumenta la gracia de Dios que recibiste cuando yo te impuse las manos; porque Dios nos dio un espíritu de fortaleza, de amor y bien obrar. No tengas vergüenza de dar testimonio de nuestro Señor Jesús y de mí, porque estoy preso. Colabora en los trabajos del Evangelio, con la fuerza que Dios te de. Recuerda las enseñanzas que yo te di y vive con fe y amor cristiano.Guarda el gran don de la fe con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.

SALMO RESPONSORIAL 94

R. Escuchen hoy la voz del Señor:
“No cierren vuestros corazones”

Vengan, alabemos al Señor,
cantemos al Señor que nos salva.
Vamos dando gracias al Señor,
aclamándole con música.

R. Escuchen hoy la voz del Señor:
“No cierren vuestros corazones”

Entrar y adoremos de rodillas,
bendiciendo al Señor, nuestro creador.
Porque Él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,las ovejas que Él guía.

R. Escuchen hoy la voz del Señor:
“No cierren vuestros corazones”

Ustedes pueden escuchar hoy su voz:
No cierren el corazón como en Meribá,
o en el desierto, el día de Masá;
cuando vuestros padres me desobedecieron
aunque vieron mis obras.

R. Escuchen hoy la voz del Señor:
“No cierren vuestros corazones”


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas (17, 5-10)
En aquel tiempo los apóstoles pidieron a Jesús: “Señor, aumenta nuestra fe!”
El Señor les contestó: Si ustedes tuvieran una fe igual que un grano de mostaza, le dirían a ese a ese árbol: “Arráncate y plántate en el mar, y el árbol obedecerá.”
Si un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor, cuando viene del trabajo, ¿ustedes le dicen: siéntate a la mesa a comer?
Le dirán al criado: “Prepárame la comida y sírveme la cena, para que yo coma y beba, y después comerás tú”.¿Ustedes tienen que dar gracias al criado porque hizo lo que le mandaron hacer? Ustedes hagan igual- Después del trabajo, digan: Somos unos pobres servidores, nosotros hicimos las cosas que debíamos hacer.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti Señor Jesús.